"El Gobierno sirio siempre ha colaborado con la misión, desde el principio hasta el final de nuestro trabajo", ha asegurado Kaag. "Continuamos en diálogo con los expertos para destruir 12 fábricas de producción", ha añadido.
En agosto de 2013, un ataque químico imprevisto terminó con la vida de cerca de 1.500 civiles en Ghouta, cerca de Damasco. Los rebeldes y el Gobierno sirio se han acusado mutuamente de la masacre.
Según el acuerdo impulsado por el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, firmado en septiembre de 2013, Siria aceptó poner sus armas químicas bajo control internacional para su eliminación. Además, Damasco ha firmado la Convención de Armas Químicas y ha entregado los documentos de su arsenal a la OPCW.
La misión de la OPCW y la ONU se estableció en octubre de 2013 para alcanzar "la eliminación de las armas químicas sirias de la manera más segura posible", según Kaag.
En octubre de 2014, la OPCW anunció la destrucción del 97,8 por ciento de las armas químicas sirias.