El padre holandés, que vivía Bustan al-Diwan, en la ciudad controlada por los rebeldes, había rechazado varias veces abandonar Homs desde que en 2011 se desató el conflicto civil.
El misionario jesuita fue agredido por varios hombres armados y encapuchados que entraron al interior del monasterio de Bustan al-Diwan, donde le disparon con un arma de fuego a la cabeza.
Varias semanas antes, el religioso publicó un vídeo en internet pidiendo terminar con el asedio a la ciudad de Homs, donde viven miles de personas en condiciones infrahumanas.