"Que no haya gente que se descarte, que todos sean hermanos, que se incluya a todos y no haya ninguno que esté fuera de esta gran nación", ha dicho el Pontífice en un breve discurso ante centenares de personas que han esperado bajo la lluvia su llegada a Quito procedente de Guayaquil, donde ofició una multitudinaria misa.
Francisco se ha trasladado desde el aeropuerto en un modesto vehículo hasta el Palacio de Gobierno --en el centro histórico de Quito--, desde cuyo balcón ha saludado y bendecido a los fieles congregados en la Plaza de la Independencia, tal y como informa la agencia de noticias estatal, ANDES.
Correa ha ejercido de anfitrión y ha acompañado al Papa por el interior del Palacio de Carondelet, que fue adornado con 128.000 rosas, así como banderas de Ecuador y del Vaticano. Allí el Papa ha saludado uno a uno a los miembros del gabinete ministerial, funcionarios de Estado y personal que trabaja en el Palacio.
Tras terminar el recorrido por el Palacio de Carondelet, el santo padre se ha dirigido a pié hasta la Catedral para colocar una ofrenda floral frente a una imagen de la Virgen y disfrutar de un momento de oración en solitario. Esta intensa jornada concluyó con un breve discurso --acompañado de las máximas autoridades de la Iglesia Católica de Ecuador-- antes de retirarse a la Nunciatura Apostólica a descansar.
Está previsto que este martes --a las 10.30 (15.30 GMT)-- el Papa oficie otra multitudinaria misa en el parque Bicentenario de la capital del país. El viaje a Ecuador es la primera parada de su gira por Sudamérica, que lo llevará también a Bolivia y Paraguay y que concluirá el miércoles.