El acuerdo se ha firmado en Bucarest en el marco de una reunión entre los ministros franceses de Interior y de Asuntos Europeos, Manuel Valls y Bernard Cazeneuve, respectivamente, con el primer ministro rumano, Víctor Ponta.
"Queremos mandar el mensaje de que nuestros esfuerzos conjuntos deben centrarse en una solución que permita a los romaníes volver a su país de origen", ha dicho Valls en una rueda de prensa.
Por su parte, Ponta ha reiterado que su Gobierno asume la responsabilidad de integrar a la comunidad romaní, aunque ha apuntado que para ello necesita el apoyo de Francia y del resto de socios de la Unión Europea (UE).
De forma paralela a la reunión, unas 200 personas, entre romaníes y simpatizantes, se han manifestado a las afueras de las oficinas gubernamentales acusando al Ejecutivo de fingir interés por solucionar los problemas del colectivo.
El acuerdo ha llegado después de que las fuerzas de seguridad francesas realizaran unos polémicos desalojos de los campamentos de inmigrantes ilegales ubicados en los alrededores de París, Lyon y Lille, desatando las críticas de la comunidad internacional.
Se calcula que entre 15.000 y 20.000 inmigrantes romaníes viven en estos asentamientos periféricos. Según las autoridades francesas, carecen de los permisos de residencia necesarios para estar en territorio francés. Tras el acuerdo, unas 80 familias romaníes podrán volver a Rumanía.
Los romaníes proceden en su mayoría de Rumanía y Bulgaria, dos miembros de la UE a los que las organizaciones de Derechos Humanos han acusado de discriminar a la comunidad, forzando con ello su salida del país.