Resulta difícil de imaginar cómo una persona que vivía en la misma casa que los siete encerrados y que convivía con un criminal era ajena a todo lo que pasaba a su alrededor. Pese a esto, la policía no tiene indicios de que la esposa de Fritzl fuera cómplice.
Ahora queda por aclarar cómo pudo Elisabeth, la hija de ambos secuestrada y violada por su padre, Josef, durante 24 años, dar a luz a siete hijos sola, en un zulo y sin ningún tipo de ayuda médica. Los ginecólogos sólo pueden dar una respuesta: es un milagro.
Graves secuelas por el encierro
Tres de los seis hijos, un séptimo murió al poco de nacer y Josef se deshizo del cuerpo quemándolo en el horno de la casa, nunca vieron la luz del sol. Al parecer, la elección por parte de Fritzl fue hecha porque éstos eran más tranquilos y no lloraban, lo que podía llamar la atención de los vecinos.
Los tres presentan secuelas físicas, con serios problemas en la piel y en la vista. La mayor, Elisabeth, continúa en coma inducido víctima de una grave enfermedad genética característica del incesto.
Precisamente fue ella quien destapó todo lo ocurrido, ya que a causa de su enfermedad tuvo que ser hospitalizada.
Cientos de vecinos se han reunido en la plaza de Amstetten, donde residían todos ellos, para velar por todas las víctimas de Joseph Fritz, así como para rezar para que recuperen la normalidad lo antes posible. RSO