Los sospechosos se han entregado a las autoridades por la "intensa presión" de la sociedad china, según ha asegurado el Gobierno regional. El atentado con cuchillos del pasado 28 de julio acabó con la vida de 37 personas y dejó a otras trece heridas. La Policía aseguró entonces que había matado a 59 terroristas y había arrestado a otros 215.
Un total de 31 vehículos fueron empleados por los terroristas en suu ataque, de los cuales seis se incendiaron.