El presidente afgano consolida su ventaja electoral escrutado el 60 por ciento de los centros de voto

AGENCIA EFE 02/09/2009 11:56

Cuando se ha escrutado el 60,34 por ciento de los centros de voto, Karzai ha obtenido el 47,3 por ciento de los sufragios, todavía por debajo de la mayoría absoluta necesaria para evitar una segunda vuelta electoral.

Según los datos ofrecidos hoy por la Comisión Electoral, el actual presidente se ha hecho con 1.744.238 de los votos válidos, frente a los 1.201.838 (32,6 por ciento) de su principal rival, Abdulá Abdulá, y los 426.331 (11,6 por ciento) del candidato hazara Ramazan Bashardost.

El órgano electoral informó en rueda de prensa de que por el momento se han contabilizado 3.689.715 votos válidos, aunque aún no se conocen datos de participación.

Karzai logró así aumentar ligeramente su ventaja, después de que en el último recuento se hiciera con el 45,9 por ciento de los sufragios con el escrutinio finalizado en casi la mitad de los centros de votación.

Los datos ofrecidos por la Comisión Electoral en su página web por provincias muestran que, tal y como estaba previsto, Karzai está cosechando más apoyo popular en el cinturón sudoriental afgano, donde predomina la etnia pastún -a la que pertenece-, y Abdulá tiene sus principales bancos de voto en regiones con mayor presencia tayika.

Las estadísticas también revelan que el escrutinio está avanzando más rápidamente en el norte que en el conflictivo sur afgano, donde la participación se prevé baja.

En un comunicado, la Comisión de Quejas, órgano independiente de la Comisión Electoral, dijo hoy haber recibido un total de 2.654 denuncias de irregularidades desde que se inició la campaña electoral.

En caso de que se compruebe su veracidad, 652 de ellas tendrían suficiente entidad como para afectar a los resultados finales, que no serán definitivos antes de mediados de septiembre.

Durante las últimas semanas, marcadas por el proceso electoral, los talibanes han protagonizado numerosos ataques contra las fuerzas de seguridad afganas y las tropas internacionales.

Hoy un ataque suicida que se atribuyeron los talibanes acabó con la vida de 24 personas, entre ellas el subjefe de los servicios de inteligencia afganos, Abdulá Laghmani, según un comunicado divulgado por el gabinete presidencial.

El atentado tuvo lugar en Metarlam, capital de la provincia oriental de Laghman, limítrofe con la región de Kabul, donde se encuentra la capital afgana.

Consultado por Efe, el portavoz provincial, Sayed Ahmad Safi, situó el número de víctimas mortales algo por debajo, en 22, y añadió que medio centenar de personas resultaron heridas.

Un portavoz talibán, Zabiullah Mujahid, reivindicó el atentado y explicó a Efe por teléfono que uno de los insurgentes hizo estallar la carga explosiva que portaba cuando el "número dos" de la inteligencia afgana y varios de sus acompañantes salían de una mezquita de Metarlam.

Los insurgentes han atacado durante la campaña electoral, que intentaron boicotear, varios puntos del territorio afgano e incluso Kabul.

Este año es el más sangriento para las tropas extranjeras desplegadas en Afganistán, unas 100.000 tras el despliegue adicional con motivo de las elecciones, 60.000 de ellas encuadradas en la OTAN.

El jefe de las fuerzas internacionales en el país, el general estadounidense Stanley McChrystal, finalizó a finales de agosto su esperado análisis de la situación militar en Afganistán, que ya está en manos del Pentágono y de la secretaría general de la OTAN.

Aunque el informe no ha sido entregado a la prensa, McChrystal ha calificado de "seria" la situación de Afganistán y ha resaltado la necesidad de revisar la estrategia para debilitar a los talibanes y la red terrorista Al Qaeda.

Otro de los ángulos del conflicto afgano, ligado al plano militar y con importantes consecuencias en la población, fue abordado hoy por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD): la producción de opio.

En su nuevo informe, la ONUDD destacó que la producción de esta droga, capital fuente de financiación de la insurgencia, cayó un diez por ciento en 2009, aunque advirtió de que aún hay unas reservas de opio de hasta 10.000 toneladas.