El incendio causó la muerte de 38 personas y heridas a otras seis, así como la completa destrucción del edificio, según la agencia estatal de noticias Xinhua. La residencia, un complejo de apartamentos situado en el condado de Lushan, era propiedad de una firma privada.
Xi ha ordenado a las autoridades que adopten "todos los esfuerzos" para ayudar a las víctimas de este fuego. Asimismo, ha defendido la necesidad de llevar a cabo una investigación que permita esclarecer lo ocurrido y depurar responsabilidades, según Xinhua.
El presidente quiere incrementar las revisiones y aplicar unas medidas de seguridad más estrictas para evitar sucesos como éste, algo en lo que también ha coincidido el primer ministro chino, Li Keqiang.
Los familiares de las víctimas han relatado a la agencia Xinhua las complicaciones de las tareas de identificación, debido al mal estado en que han quedado la mayoría de los cuerpos. "Están muy quemados, no podríamos decir quién es cada uno", ha lamentado uno de estos parientes.