Quinto día de alerta sanitaria

MARIANA ANZORENA (MÉXICO D.F) 28/04/2009 06:25

Ni siquiera ha llegado mayo y el sol ya pone las temperaturas por encima de los 30º. Aún no estamos en el quinto mes del año y ya nos hemos instalado en una sanguinaria guerra contra el narco, una crisis económica y una epidemia con tintes apocalípticos. Hoy por la mañana un amigo me dijo: sólo falta que tiemble o que nos orine un perro. Y tembló. Y fue el movimiento de las placas tectónicas el que hizo explotar la paranoia contenida, porque mientras que el virus de la influenza porcina es un enemigo invisible, los sismos son para nosotros, los chilangos (termino coloquial usado en México para denominar a los capitalinos), el peor de los enemigos.

Siempre recordamos el fatídico terremoto de 1985, pero hoy no hubo pérdidas. Las filas de empleados enmascarillados evacuaron los edificios y minutos después, los volvieron a ocupar.

Terminó el fin de semana y el regreso a la rutina tuvo muy poco de rutinario. Mi compañera de piso ya no me saludó de beso. No puedo ir a la escuela donde trabajo a cobrar mi sueldo porque si la abren para pagarnos, la Secretaría de Educación, la clausuraría. Mi familia ya va por la calle con tapabocas. El café que tanto me gusta está cerrado hasta nuevo aviso. Comienzo a resentir la ausencia de abrazos con la gente que quiero.

Pero como a los mexicanos nos gusta reír hasta de la muerte, ya se cuenta este chiste. Pregunta: ¿Qué le dijo México a la influenza (gripe)?, Respuesta: Mira cómo tiemblo.