Tombuctú, situada justo en el borde sur del desierto del Sáhara, es uno de los principales objetivos de los tuaregs, que el viernes iniciaron una ofensiva relámpago por toda la región aprovechando la confusión creada tras el golpe de Estado de la semana pasada.
"Es nuestro turno. Hay disparos por todas partes", aseguró el residente Mohamed Ould Ali, mientras otras fuentes locales indican que las fuerzas del Ejército maliense están abandonando sus posiciones desbordadas por la ofensiva tuareg.
Mientras, se aproxima el plazo que se han dado los propios militares golpistas para devolver el poder a las autoridades civiles, que concluye a medianoche del lunes. Su posición está cada vez más debilitada, especialmente después de los avances de los insurgentes.
"Todo está en llamas. Malí no puede luchar en todos los frentes al mismo tiempo (...). Dejemos nuestras rencillas personales aparte", ha indicado el secretario general del sindicato UNTM, Siaka Diakité, una de las formaciones contrarias al golpe de Estado.