Las autoridades de Chihuahua han ofrecido una recompensa de un millón de pesos (unos 55.000 euros) a quien informe del paradero de los responsables de la masacre de Ciudad Juárez después de que los padres de las víctimas exigieran justicia en las oficinas de la Procuraduría General de la República para exigir justicia.
Las primeras investigaciones señalan que los agresores, unos 15, llegaron al lugar del asesinato en diez vehículos, cerraron las calles y abrieron fuego contra los jóvenes. La Procuradora de Justicia del estado de Chihuahua, Patricia González, ha indicado que el número de muertos es de 16, mientras los 13 heridos son atendidos en dos hospitales de la zona donde ya se ha montado un operativo de vigilancia.
González agregó que el homicidio se llevó a cabo en tres apartamentos del Fraccionamiento Villas de Salvarcar. Doce de los jóvenes acribillados a balazos ya han sido identificados, entre los cuales hay diez hombres y dos mujeres. Entre los hombres, hay tres menores de edad de entre 15 y 17 años, así como siete adultos de entre 18 y 42. Una mujer acribillada tenía 13 y otra, 17. Hasta el momento se desconocen las causas de la masacre, una de los peores en los últimos años.
"Primero sacaron a las mujeres de la casa y a los hombres los acorralaron en el patio donde les dispararon", ha señalado uno de los menores que estaba en la fiesta y que pudo sobrevivir. Los jóvenes celebraban un cumpleaños y el triunfo de su equipo de fútbol en un campeonato.
"Todos comenzaron a correr y al final los acorralaron en el patio. Algunos en su intento por huir brincaron las bardas, pero quedaron sin vida en la parte trasera de otras dos casas", añade el estudiante.
Chihuahua es escenario de una encarnizada guerra entre el cartel de Juárez, a cargo del narcotraficante Vicente Carrillo, y el cártel de Sinaloa, liderado por el prófugo Joaquín 'Chapo' Guzmán, que dejó más de 2.500 muertos en 2009, pese a la presencia de 8.500 militares.
Con estos incidentes son cuatro los homicidios múltiples contra jóvenes que se llevan a cabo en el norte de México en los últimos cuatro años.
Otros 28 jóvenes fueron asesinados en centros de rehabilitación de adictos, en dos eventos ocurridos en un lapso de dos semanas en septiembre pasado; en el primero fusilaron a 18 y en el segundo a diez.
Los integrantes de los cárteles de la droga actúan con total impunidad porque "se saben protegidos", dijo Samuel Gonzáles, ex procurador y consultor en asuntos de seguridad. "Quieren marcar su territorio", sin importar la presencia de miles de militares y policías en la zona, añadió. "Eran jovencitos, estudiantes. Es algo realmente doloroso", dijo desanimado Olivas.
Los carteles de la droga provocaron más de 15.000 muertes desde el 2006 en México, cuyo gobierno ha desplegado a unos 50.000 militares y miles de policías federales para combatirlos.