Desde comienzos de este año, alrededor de 60.000 sursudaneses han abandonado el país, la mayoría hacia Sudán, Etiopía y Uganda; mientras que 1,5 millones han quedado desplazados dentro del país. Los refugiados describen el incremento de la violencia así como la inseguridad alimentaria como las principales razones de esta huida. De acuerdo con ACNUR alrededor de 3,8 millones de sursudaneses, lo que supone un tercio del total de la población, no tienen comida suficiente.
"Dado el deterioro de la situación humanitaria y de seguridad en Sudán del Sur, ACNUR se está preparando para hacer frente a un aumento del número de refugiados", ha afirmado un portavoz de ACNUR, Adrian Edwards. "La llegada de la temporada de lluvias requiere que preparemos todos los recursos posibles para las áreas que pueden llegar a ser inaccesibles", ha agregado.
El personal de ACNUR en Uganda ha informado de la llegada de unos 4.000 sursudaneses a este país, la mayoría de ellos relatando la ola de violencia alrededor de la ciudad de Malakal, en Alto Nilo, además de la creciente inseguridad alimentaria y la subida de precios de los bienes básicos. Según la agencia de la ONU están siendo trasladados a varios asentamientos seguros como el centro de Nyumanzi y el de Maaji.
"Mientras el número de sursudaneses que huyen del país aumenta, estamos extremadamente preocupados porque el Plan sobre los Refugiados de Sudán del Sur de 2015 solo está financiado en un diez por ciento", ha lamentado. "Esto deja muchas de las actividades vitales como el suminsitro de agua potable, los servicios sanitarios y la entrega de alimentos y refugios con fondos insuficientes", ha denunciado.