Miles de personas, entre ellas activistas y políticos, se manifestaron en abril contra la decisión del Gobierno, tras lo que las autoridades encarcelaron a más de 150 participantes en dichas protestas.
Más de 200 personas más han sido procesadas por estas manifestaciones contra la transferencia de las islas de Tirán y Sanafir. Uno de los abogados defensores ya adelantó que se apelaría, argumentando que "no hay evidencias de culpabilidad".
Tanto el Gobierno egipcio como el saudí coinciden en que ambas islas son propiedad del reino árabe, que solicitó a El Cairo en 1950 que las protegiera debido a la amenaza que podría suponer la creación del Estado israelí.