"En lo que va de mes, más de 10.000 personas han huido de Kismayo temiendo una reanudación de los combates. Los movimientos se han incrementado sustancialmente el lunes y han continuado desde entonces", según un portavoz de ACNUR, que ha precisado que "unas 7.500 persona han huido de la zona solo en los últimos cuatro días ante la creciente tensión".
Esta semana se había informado de que Al Shabaab estaba abandonando la ciudad, pero posteriormente se ha sabido que hasta Kismayo han llegado refuerzos de este grupo islamista ante la posibilidad de una ofensiva de las fuerzas gubernamentales con respaldo de los efectivos de la Unión Africana.
Los que huyen, según la agencia de la ONU, lo hacen en minibuses o camiones pero algunos incluso lo han hecho en carros tirados por burros. En la mayoría de los casos, se han dirigido a otras localidades del distrito de Kismayo y de los distritos de vecinos de Jilib y Jamame, mientras que algunos han optado por Mogadiscio, la capital, y otros por los campamentos de refugiados de Dadaab, en el norte de Kenia.
"Según nuestros socios sobre el terreno, la mayoría de los que huyen de Kismayo dicen que planean volver tan pronto como la situación se estabilice", ha precisado el portavoz.
Por otra parte, según ACNUR, al este de Etiopía siguen llegando cada semana unos 200 o 300 somalíes a los campamentos de Dollo Ado. Estos refugiados proceden principalmente de las regiones de Gedo, Bakool y Bay. La mayoría de los que huyen argumentan problemas de inseguridad, combates y el temor a ser reclutados forzosamente como razones para haber abandonado sus hogares.
Actualmente, en Somalía hay de 1,3 millones de desplazados internos en todo el país, mientras que más de un millón de somalíes han buscado refugio en los países vecinos, principalmente en Kenia.