Estados Unidos sufre desde el viernes el azote de una tormenta de nieve. En Nueva York, la ventisca deja imágenes encontradas. Los turistas, encantados con la blanca postal que podría dejar hasta 35 centímetros de nieve. Los locales, por el contrario, afanados en la limpieza de sus calles.
Pero la madre naturaleza causa estragos en la mitad nororiental del país. En Port Huron, Michigan, los coches siguen circulando, no sin dificultad. Y lo hacen gracias a las máquinas quitanieve, que no han parado en toda la noche.
En el Aeropuerto Internacional de Burlington, en Vermont, miles de pasajeros se han quedado en tierra, al igual que casi todos sus vuelos. Los últimos aviones en aterrizar, como ven, casi inapreciables por la nieve.
Problemas también en el Aeropuerto de La Guardia, en Nueva York, cuya terminal se ha convertido en un improvisado hotel para centenares de personas. Aquí las quitanieves tampoco descansan para despejar las pistas de aterrizaje.
La supertormenta, bautizada como 'Nemo', deja ya a cientos de miles de personas sin electricidad y con las autoridades recomendando a los ciudadanos no salir de sus casas.