Van Rompuy y Barroso confían en que la investidura del nuevo presidente "abra una nueva página en su historia"

EUROPA PRESS 19/09/2013 11:57

"Quedan inmensos desafíos por delante", han advertido ambos dirigentes europeos en un comunicado conjunto. Por ello, han reafirmado que "la Unión Europea, como principal socio de Malí, acompañará al nuevo presidente democráticamente elegido en sus esfuerzos por promover una paz durable, la unidad y la reconciliación nacional, la plena restauración del orden constitucional y la autoridad del Estado".

El ahora presidente se ha comprometido a una política de reconciliación y por la paz y, pese a que se aseguró el apoyo de todos los perdedores de la primera vuelta electoral, ha insinuado que podría constituir un gobierno tecnócrata.

Malí acudió a las urnas bajo la presión de la comunidad internacional, especialmente de Francia, que quiere retirar el grueso de sus tropas si todo transcurre con normalidad, pese a que la amenaza de atentados por parte de los islamistas está en el aire. La UE condicionó además la reanudación de su ayuda al desarrollo suspendida a raíz del golpe de Estado de marzo de 2012 a nuevas elecciones para garantizar la vuelta al orden constitucional en el país y avances en la reconciliación.

La rápida intervención de Francia el pasado enero frenó el avance hacia el sur de los grupos islamistas, incluido el grupo terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), y el apoyo de tropas africanas, que actualmente están ya bajo mando de la ONU, ha permitido restaurar en buena medida la paz en el país.

No obstante, el nuevo presidente tendrá que negociar con los separatistas tuareg que operan en el norte, el Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA), organizar elecciones legislativas y superar el gasto de los más de 3.000 millones de euros para la reconstrucción prometidos por los donantes tras los comicios, incluidos los 523 millones comprometidos por la UE.

Hasta el año pasado y desde las manifestaciones que pusieron fin al régimen militar en 1991, Malí ha celebrado elecciones pacíficas que han traído consigo presidentes y gobiernos que han gobernado mediante el consenso y el clientelismo, ganándose una reputación de oasis de estabilidad.

La UE lanzó en febrero una misión de entrenamiento y asesoramiento del Ejército de Malí con unos 500 efectivos para formar a cuatro de sus batallones y ayudarle a reestructurar sus Fuerzas Armadas y articular una cadena de mando y control para garantizar que "a largo plazo" puede mantener la unidad territorial y hacer frente a la amenaza terrorista, aunque el comandante de la misión, el general de Brigada francés Bruno Guibert, ya ha defendido prorrogarla un año más para formar al conjunto de sus fuerzas armadas, en total ocho batallones.