Zuma ha visitado este sábado un campo de desplazados en Durban, una de las ciudades más afectadas por la violencia, después de cancelar su visita de estado a Indonesia para abordar esta crisis.
Durante su discurso, el mandatario se ha comprometido a repatriar a aquellos inmigrantes que deseen volver a sus países, aunque ha querido dejar claro que ni su Gobierno ni la población sudafricana están en contra de la inmigración.
"Como Gobierno, no os estamos diciendo que os vayáis. No es que cada sudafricano esté diciendo que os vayáis. Es un grupo muy pequeño de gente quien lo dice", ha afirmado Zuma, en declaraciones recogidas por la cadena sudafricana SABC.
En este sentido, el presidente ha asegurado que los extranjeros que deseen estar en el país son "más que bienvenidos" y ha subrayado que el Gobierno los mantendrá a salvo.
"Primero vamos a parar la violencia y después les permitiremos estar aquí. Incluso aquellos que quieran volver a casa deben saber que cuando paremos la violencia son bienvenidos si quieren regresar", ha afirmado el mandatario.
VISITA AL CAMPAMENTO
Durante su visita al campamento de desplazados, Zuma se ha reunido con un centenar de representantes de inmigrantes. El mandatario ha acudido acompañado de una delegación del Gobierno en la que se encontraba el ministro de Exteriores, Malusi Gigaba.
Varios de los refugiados han trasladado al presidente sus protestas sobre los pocos esfuerzos que a su parecer está realizando el Gobierno, además de subrayas que lo "único" que quieren es "volver a casa".
SITUACIÓN "INACEPTABLE"
"Lo que está sucediendo en Sudáfrica no es aceptable. No podemos aceptar que cuando hay problemas se recurra a la violencia, especialmente sobre nuestros hermanos y hermanas del continente", ha criticado Zuma.
El mandatario ha reconocido que el Gobierno debe encontrar formas de regular las relaciones entre los sudafricanos y otros ciudadanos africanos, para que en el futuro las "fricciones" y "frustraciones" no lleven a la violencia.
ORIGEN DE LA OLA DE VIOLENCIA
La violencia estalló días después de que el rey zulú Goodwill Zwelithini dijese, según recogieron varios medios locales, que los extranjeros debían abandonar el país, aunque luego ha manifestado que sus palabras fueron malinterpretadas.
Por otro lado, esta crisis coincide con un alto índice de desempleo en Sudáfrica, que se situó en el 24 por ciento en el cuarto trimestre de 2014, según las estadísticas oficiales, aunque los economistas apuntan que es mucho mayor.
Con una población de alrededor de 50 millones de habitantes, el país sudafricano tiene unos cinco millones de inmigrantes, que proceden de países como Somalia, Etiopía, Pakistán o China, muchos de los cuales son comerciantes con tiendas propias o ambulantes.