Una investigación muestra que los patógenos pueden estar 'decidiendo' a quién infectar más

EUROPA PRESS 14/12/2016 15:36

El estudio, que ha sido publicado en 'Nature Communications', se basa en un modelo epidemiológico que demuestra que las poblaciones víricas pueden evolucionar de tal forma que perjudiquen más al hombre que a la mujer. Sus resultados revelan que el virus linfotrópico de células T humanas de tipo 1 (HTLV-1), asociado a la leucemia en humanos, ataca menos a las mujeres cuando estas favorecen la transmisión a sus hijos durante el parto o la lactancia.

"Hemos elaborado un modelo matemático epidemiológico para poder determinar en qué condiciones la selección natural favorece patógenos que son más o menos virulentos en mujeres y hombres, y los resultados los hemos aplicado al interesante caso del virus HTLV-1", explica a Sinc el investigador español Francisco Úbeda, autor del estudio junto al profesor Vincent Jansen de la escuela Royal Holloway.

Este virus, que provoca una leucemia llamada linfoma de células T del adulto (ATL), afecta a los habitantes del Caribe y Japón, pero de forma diferente. En el Caribe los hombres y mujeres portadores tienen la misma probabilidad de desarrollar leucemia. Sin embargo, según recoge Sinc, en Japón, los hombres infectados tienen entre 2 y 3,5 veces más posibilidades de desarrollar este cáncer de sangre.

"Esta diferencia tan drástica había llamado la atención de la comunidad científica y era difícil de explicar simplemente como una diferencia del sistema inmunitario entre hombres y mujeres; así que, en lugar de centrarnos en el punto de vista del portador, hemos considerado la perspectiva del virus", añade Úbeda.

La investigación ha demostrado que la selección natural favorece a los HTLV-1 menos virulentos con las mujeres -- que tienen menos posibilidad de desarrollar leucemia en este caso -- que con los hombres en sociedades en las que hay una mayor transmisión de madre a hijos durante el parto y la lactancia".

"De esta forma aumentan sus posibilidades de ser transmitidos a la siguiente generación durante el embarazo, el nacimiento y la infancia", subraya Úbeda, quien cree que "es muy probable que este comportamiento virulento específico del sexo esté sucediendo a muchos otros patógenos que causan enfermedades, además de ser un excelente ejemplo de lo que el análisis evolutivo puede hacer por la medicina".