La Ley antibotellón no ha garantizado la tranquilidad de los vecinos de la zona centro de Madrid. Están cansados de llamar a la policía municipal y comprobar que no sirve de nada. La policía acude a algunos de los avisos, aunque sirve de poco puesto que pasan de largo de forma disuasoria. A los cinco minutos, los 'botelloneros' regresan como si nada hubiera pasado. Un equipo de reporteros de Informativos Telecinco lo confirma. Inés, vecina del barrio de Malasaña decide llamar a la policía. Son las 3 de la madrugada y no puede conciliar el sueño. La respuesta que obtiene es la misma de siempre.
"Pues yo lo paso al canal de la zona y si pueden mandarán a alguien, es que no es el único botellón en todo Madrid"
Nos lo confirma Isabel Rodríguez, Presidenta de la Asociación de Vecinos del barrio Maravillas. "Aquí no hay policía que venga a disuadir el consumo en la calle, si igual la policía viene pone alguna multa, nos consta que la comunidad de Madrid no las tramita. En este barrio se puede hacer de todo y todo vale". Desde el Ayuntamiento de Madrid nos confirman que de las 45.000 denuncias interpuestas en 2009, la Comunidad de Madrid, tan sólo tramitó un 10% de las mismas.
El problema es que los jóvenes lo saben, dicen que no temen a las multas.
Cuando nos acercamos a ellos nos comentan que beber en la calle es su única opción, no tienen dinero para costearse las copas en un bar. Al preguntarles por el ruido se amparan en que los vecinos sabían a lo que se enfrentaban cuando decidieron vivir en esta zona.
Los vendedores ambulantes son otro problema añadido. Llegan con sus carritos de la compra llenos de alcohol y los vecinos denuncian que fomentan el botellón. Incluso nosotros, cámara en mano, nos convertimos en clientes potenciales en varias ocasiones. Tampoco temen infringir la ley. ¿Una ley inútil? Para muchos vecinos sí.
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