Se trata de una canción con bases potentes y un estribillo pegadizo que nació con fuerza y aires frescos de libertad desde el minuto cero, como si de un ejercicio de final de curso se tratara.
Y algo así sucedió, cuando en el proceso de búsqueda de un par de actores, una clase entera de una de las más prestigiosas escuelas de Interpretación de Madrid se puso a las órdenes de la nada convencional artista madrileña.
Algunos exteriores del vídeo, dirigido por Turo & Moss con guión de Mónica Moss, fueron grabados en Nave 73, otro espacio escénico catalizador de nuevas tendencias, que se sumó a la propuesta.
El resultado final es una pieza actoral multicolor, inspirada en un videojuego, en el que los dioses del Olimpo manejan caprichosamente la vida de los humanos en la tierra, sin que sus avatares terrestres se den cuenta de nada.