Un libro profundiza en la época de 'Honestidad Brutal' de Andrés Calamaro

EUROPA PRESS 20/12/2014 11:00

Y es que Calamaro parecía tener a finales del siglo pasado un futuro brillante y plácido como estrella de rock con éxito comercial y respeto crítico. Tras el éxito de Alta suciedad, su primer disco en solitario tras Los Rodríguez, se esperaba de él otro álbum conciso y de lujoso sonido, pero las expectativas están para romperse y una serie de circunstancias (entre las que estuvo la separación de su mujer) le empujaron a un año de grabaciones kamikazes en diez estudios de tres países diferentes.

El resultado fue Honestidad Brutal, una desmesura no sólo por sus dimensiones (37 canciones) o por los palos musicales que tocaba, sino por la desnuda profundidad emocional de sus textos y lo turbulento de su gestación.

Con este álbum, Calamaro ingresó de manera incontestable en el Olimpo del rock, especialmente en Argentina, cumpliendo con los mandamientos que vertebran la mitología del exceso y jugando con las leyes del reciclaje cultural y el homenaje (incluyendo una agridulce gira teloneando a su ídolo y gran influencia Bob Dylan).

Obra sin parangón en el rock en castellano, Honestidad brutal supone el momento más álgido de la carrera de Andrés Calamaro y preludia excesos pantagruélicos como las 103 canciones de El salmón.