Al equipo, que ha llegado hasta el río Tahoe a buen ritmo y con una temperatura de 16 grados, se le han unidos nuevos ciclistas tanto de EE.UU como de China de la Asociación Askuhelp, con Nianwei Lin, presidente de iXCells Biotecnologies, y enfermo de ELA, a la cabeza. Cada vez son más los que tiran del Tándem junto a Jaime, uniendo en la lucha a favor de la investigación de la ELA a tres continentes.
En argot científico, el valle de la muerte o death valley, en inglés, es la expresión empleada para calificar el estado de proyectos de investigación paralizados en laboratorio antes de alcanzar su objetivo final.. Ideas que, en el caso de la biomedicina, nunca llegan a la fase clínica, ya sea por cuestiones burocráticas o falta de financiación.
En este valle se encuentra anclada toda la comunidad de enfermos y enfermas de ELA, una patología neurodegenerativa mortal que lleva a una progresiva paralización de las funciones motoras. La falta de recursos económicos para su estudio y la ausencia de compromisos institucionales ponen en una situación límite a todas las personas afectadas por la enfermedad, al no contar a día de hoy con ningún tipo de cura ni tratamiento.
La iniciativa Death Valley, liderada por Jaime Lafita y su bicicleta tándem, busca dar mayor visibilidad a la ELA y reivindicar la situación límite de las personas afectadas.
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