Hemos querido conocer un poco más del negocio de estos gorrillas. Acompañamos a Ibrahim, un inmigrante legalizado que en los tiempos que corren no tiene ni trabajo, ni dinero, ni casa. Ibrahim quiere sacarse un dinero como gorrilla, por eso segumos sus rutas por las calles donde pueda conseguir una plaza para aparcar coches, por unos 5 euros al día de propinas...Pero vamos a ver que ser gorrilla no es tan fácil como parece...defienden su territorio a muerte, están organizados por nacionalidades y nuestro amigo no es bienvenido... aquí los nuevos se quedan sin plaza.
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