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La carta de Pedro Sánchez abre la puerta a los efectos de la política en nuestra salud mental y también en nuestro día a día y cómo actuar. El dilema es, ¿qué es mejor, tomar decisiones en caliente o esperar a que las emociones se calmen? En Informativos Telecinco hemos tratado de aclarar cómo podemos gestionar este problema.
Somos nativos de un mundo que acelera, todo debe ser al momento, tanto lo que exigimos, como lo que nos exigen. Además, estos acelerados ritmos van acompañados del exceso de importancia que damos a la opinión de los demás. Como destaca Ángeles Franqueira, psicóloga, "dependemos mucho de lo que vayan a pensar de nosotros".
Elisabeth Céspedes, también psicóloga, aclara que "hoy en día es difícil pasar desapercibidos ya que cuando una exposición es constante, accesible las 24 horas y se permiten aluviones de críticas a través de las redes, cuesta mucho más gestionar lo que queremos hacer".
"A pesar de los obstáculos, lo más sensato es pararse", dice Franqueira. "Hacemos un flaco favor a nuestro cerebro cuando decidimos en caliente, es decir, en base a emociones", destaca. Céspedes, admite que "decidir mientras tenemos un sentimiento de rabia, puede hacernos daño ya que es la rabia la que está decidiendo, no nosotros. Pero claro, cuando la rabia se me pase tengo otras emociones".
Detenerse y escapar metafórica o literalmente del contexto que nos presiona, ayuda a identificar emociones, gestionarlas y actuar en consecuencia. "Tenemos que pensar en lo que realmente queremos nosotros y cuidar lo que consideramos importante", declara Franqueira.
Conviene no olvidar, y más en estos tiempos, el valor de la pausa, que tenemos el derecho de parar y una obligación con nosotros mismos. Veremos lo que decide Pedro Sánchez en su etapa de reflexión.
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