Seis excusas que te repites una y otra vez para no cambiar tus malos hábitos

Eva Cánovas (@dietaconsalud) 13/10/2015 10:00

Así, si quieres de verdad tomar las riendas de las buenas costumbres, olvida algunas de las excusas que habitualmente utilizamos para engañarnos. Esta es una lista de las principales trampas en el solitario que a veces nos hacemos.

  • "He terminado mi jornada laboral o doméstica y me merezco un premio"

No es ningún premio; será un suma y sigue de calorías consumidas y kilos acumulados. ¡Párate ya! Asume hábitos saludables que te hagan sentirte orgulloso de ti mismo. ¿Qué tal si lo que comes además de rico, es saludable y no engorda? Estos tres requisitos no van de la mano. Puede estar rico y ser saludable y bajo en calorías, pero ojo que hay muchas cosas sanísimas que son muy calóricas.

  • "Yo no quiero obsesionarme con la dieta"

De acuerdo, no te conviertas en un ortoréxico obsesionado en controlar hasta la procedencia del calabacín que te sirven en tu restaurante favorito. Pero ni tanto ni tan calvo: si te dejas llevar y no tomas el control de tu alimentación irás cuesta abajo y sin frenos hacia un sobrepeso.

Saca la libreta y haz una lista de comidas bajas en grasas para el resto de la semana. Y luego apunta los alimentos que vas a necesitar en la lista de la compra. Así, cuando vayas a hacer la compra sabrás lo que necesitas, serás consciente de lo que comes. Si te ciñes a la lista adelgazarás y además ahorrarás mucho dinero porque un tanto por ciento muy elevado de tu gasto en comida se lo llevan los caprichos que te hacen engordar.

  • "Mi consumo de alcohol es moderado"

Si quieres saber si eso que te repites es verdad, haz memoria de lo que has consumido este verano y sé sincero contigo mismo. El alcohol no es nada bueno para tu organismo, pero además engorda -¡y mucho!-. Cuanta mayor sea la graduación alcohólica más azúcar llevará y más engordará.

No obstante, recuerda que ante una resaca puedes cuidarte bebiendo mucha agua para metabolizar ese alcohol, y comer fruta y verdura que te ayudarán a limpiarte. Es el momento perfecto para un día detox.

  • "Yo no tengo tiempo de hacer dieta"

No todo consiste en hacer una dieta súper estricta o muy extraña que implique encontrar el último tipo de alga. Lo único que necesitas es ser consciente. Si comes fuera, existe una gran variedad de platos de carne o pescado a la plancha que puedes acompañar con una ensalada. Si sales con los amigos opta por bebidas de baja graduación alcohólica como la cerveza y mezcla con gaseosa, que te aportará pocas calorías.

Olvida el pincho que te pone tu bar favorito con el vino. Y si no puedes resistirte, opta por los pepinillos y cebolletas en vez de las aceitunas.

Si a media tarde o a media mañana te tomas un café, deja en la mesa la galleta o el bombón.

Y si te pasas porque vas a menú fijo, compensa la cena o el día siguiente bajando las calorías para no quedarte con todo ese exceso.

  • "No tengo que cortarme de nada, voy al gimnasio y lo quemo"

Adelgazar no implica estar nutrido y si estás bajando de peso puede ser que no sea de una forma equilibrada. Si vas al gimnasio será por algo más que por adelgazar, será porque quieres estar sano. Si tienes malos hábitos nutricionales y además someter a nuestro cuerpo a un entrenamiento duro, a la larga te dará problemas de salud. La nutrición es muy sencilla: coge la rueda de alimentos e infórmate de los nutrientes que necesitas para vivir. Seguro que si tu cuerpo está bien alimentado controlarás más los caprichos y te los darás en su justa medida.

Además, ¿ todos los días tienes el mismo gasto calórico? Tendrás que cuidarte de no comer demasiado los días que no haces deporte o engordarás.

  • "Cuando llegue septiembre me pongo"

Si piensas así, estarás condenado a subir y bajar continuamente de peso. No es nada bueno para tu cuerpo y tampoco para tu cabeza. Vives en el remordimiento continuo. Si tuvieras una alimentación equilibrada te saltarías lo bueno y lo malo de los alimentos por capricho de vez en cuando, pero entregarte al hedonismo gastronómico largos periodos de tiempo solo te ocasionará ansiedad, culpa y problemas de salud. Apunta en una libreta todo lo que comes, el agua que bebes y el ejercicio que haces como si fueras Bridget Jones, porque funciona. Recuerda que tienes que beber de litro a dos litros de agua al día y no valen los refrescos; debes hacer cinco comidas al día; tienes que comer verdura en dos raciones diarias, una ración cruda y otra cocinada para que comas variedad de verduras y hortalizas. Suma al día tres piezas de fruta. Incorpora proteínas libres de grasas y fomentando el consumo del pescado y de hidratos de carbono (según tu actividad, peso, estatura y edad serán más o menos cantidad). Y haz ejercicio, que te mantendrá delgado, pero sobretodo fortalecerá tu musculatura, el esqueleto y tus órganos sanos. Además, te permitirá desconectar un rato y segregar química positiva.

Deja de ponerte excusas y piensa que el otoño 2015 ya empezó. Esta es la temporada en la que tienes que limpiar tu cuerpo tras los excesos del verano. Deberás llegar con las pilas cargadas para el 25 de octubre, fecha en la que se producirá el cambio de hora que nos colocará otra vez en horario de invierno.

Para estar con la energía a punto y listo para las bajadas de temperatura, ¿qué mejor que cuidar tu alimentación? ¡Ponte manos a la obra! ¿A qué esperas?