Según un estudio de Murprotec, el 19% de familias españolas viven en hogares con humedades, a pesar de haberse incrementado las actuaciones contra esta problemática en un 25% en 2016. Un problema que se acrecienta en invierno, cuando la temperatura exterior es muy superior a la del interior de nuestros hogares y no se abren las ventanas para que el aire circule. Y es que al final la condensación es el proceso físico-químico por el cual un gas es enfriado hasta el punto que se materializa en su forma líquida. Es lo que hace que se produzca la lluvia y también es lo que provoca que nuestras ventanas, más frías que el interior de nuestras casas, se llenen de gotas de agua y acaben humedeciendo toda la zona colindante.
¡Tengo una humedad en casa!
La humedad y el moho son las evidencias de que tu hogar tiene problemas de ventilación. Además de observar que tus ventanas “lloran” en exceso, hay otras causas que pueden provocar este ambiente húmedo, como tender la ropa dentro de casa en los radiadores o cocinar sin tapar las ollas. Parecen cosas lógicas pero seguimos haciéndolas en casa, provocando que el aire esté todavía más cargado. Incluso nuestra respiración puede agravar el problema.
La humedad no es sólo perjudicial para nuestro hogar, además nos puede afectar a la salud. Las personas mayores y los niños son especialmente sensibles a la alta concentración de humedad ambiental y a todos nos afecta a nivel respiratorio y en los procesos reumáticos.
Una casa libre de moho
Sólo de pensar que vives con moho a tu alrededor se te revuelve el estómago. No sufras, para todo hay solución: