Aunque tus genes determinan la capacidad de tu cuerpo para broncearse, existen alimentos que favorecen el proceso y son beneficiosos para mantener más tiempo ese color que has ido consiguiendo durante el verano. Incorpora estos cinco alimentos a tu dieta y llévatelos como tentempié a la piscina o la playa. No sólo te beneficiarás de sus excelentes propiedades nutritivas, sino que contribuirán a que logres el tono dorado que tanto deseas.
Zanahoria, ese clásico eterno
Sin duda, un clásico es la zanahoria. Su peculiar color naranja se debe a la presencia de carotenos, especialmente el beta-caroteno, también llamado pro-vitamina A. Se trata de un compuesto antioxidanteque en nuestro organismo se transforma en vitamina A en tu intestino y se almacena en el hígado en forma de retinol. La zanahoria favorece la producción de melanina, ese pigmento amado que contribuye al color de la piel y te protege de la radiación utlravioleta.
Además, la zanahoria tiene otras muchas propiedades nutricionales por su alto contenido en vitaminas y minerales, como la vitamina E o las del grupo B, o su importante contribución en potasio. Por tanto no sólo es aconsejable en verano, sino todo el año. Hay muchas formas de consumirla: desde crudas hasta al vapor, pero también puedes incorporarla a ensaladas, purés o batidos. Los beta-carotenos contribuyen a los colores vistosos (rojos, amarillos, naranja) de multitud de vegetales. Así que también puedes beneficiarte de ellos comiendo espinacas, perejil, p, cebollino, berros o re.
Frutos rojos, los antioxidantes más efectivos
Los frutos rojos tienen un gran aporte en vitamina C, un buen antioxidante que bloqueará los radicales libres e interviene en la síntesis del colágeno, lo que te ayudará a conseguir una piel bonita y sana. Está presente en los cítricos (como el limón o la naranja), pero también en otras frutas fácilmente transportables en la mochila como el kiwi, las frambuesas, la grosella o las moras. Truco: las frambuesas puedes congelarlas y llevártelas como pequeñas 'píldoras-helado'. ¡Están buenísimas!
Nueces, el 'after sun' amigo
Los frutos secos, en especial las nueces, son ricos en manganeso, un mineral que necesitamos en pequeñas dosis pero que es muy importante tanto para proteger tu piel de los radicales libres como para recuperarla si se ha dañado tras la exposición al sol, ya que tiene propiedades cicatrizantes. También son ricos en manganeso cereales como el arroz integral, la cebada, el trigo o la avena.
Pescado azul, la proteía aliada
Si vas al chiringuito, el menú es claro. El atún, el salmón o las sardinas son ricos en ácidos grasos omega-3, que ayudarán al cuidado de tu piel, evitando que se deshidrate y reseque, así como protegiéndola de quemaduras. También tienen propiedades anticoagulantes y antiinflamatorias. Las mayores concentraciones de estos ácidos grasos están en el pescado azul, pero también puedes encontrarlos en las nueces, las semillas de chía, el aceite de linaza o las semillas de lino, que puedes probar a tomar al volver a casa después de una sesión de sol.
Levadura de cerveza (no confundir con una caña) sobre tu ensalada
Este complemento alimenticio aporta a tu cuerpo cinc y selenio, minerales importantes para la recuperación de tu piel y protegerla de los radicales libres. Su alto contenido en biotina la convierte en un activador del metabolismo y la regeneración celular. También contribuirá a controlar tu colesterol y te ayudará a ser más regular para ir al baño, con lo que incorporándola a tu dieta obtendrás otros beneficios extra. Se toma en forma granulada, en polvo o en copos, por lo que puedes espolvorearla sobre la ensalada que te lleves en el tupper.
Todos estos alimentos, ligeros y excelentes para el verano, te ayudarán a conseguir el mejor bronceado. Pero te damos un extra: estas dos recetas pueden darte una idea de cómo combinarlos más activamente.
¡LAS RECETAS!
Ensalada 'viva el moreno'
Disfruta con una ensalada variada (con lechuga, rúcula, hoja de roble…) a la que puedes incorporar nueces, tomate, aguacate, remolacha rallada, alcachofas, atún al natural, un huevo cocido, un puñado de lentejas cocidas o quinoa, zanahoria rallada y cebolla.
Utiliza cantidades a tu gusto, pero si además quieres mantener la línea, recuerda que la lechuga debe ser la base de tu ensalada y que sólo tiene 16 calorías por cada cien gramos.
Para el aliño mezcla bien una cucharada de postre de aceite de oliva, vinagre, sal y pimienta negra. Lo mejor es que lleves el aliño por separado y lo incorpores a la ensalada en el momento en que vayas a comértela ya que así se mantienen mejor las propiedades.
Batido 'qué sano estoy'
Este sabroso batido puede resultar sano y refrescante, sobre todo al volver de una sesión de playa y sol. Toma media manzana, un puñado de arándanos, otro de moras, cuatro fresas, un kiwi, media naranja, una nectarina, levadura de cerveza, semillas de chía y un yogur natural. Viértelo todo en un recipiente y bátelo, mejor con una batidora de vaso. Déjalo reposar en el frigorífico y llévatelo en tu nevera portátil para disfrutar de él en la toalla. Incluso puedes tomarlo en forma de granizado
Por último, recuerda que es muy importante que utilices siempre cremas solares de alta protección y que hidrates bien tu piel tras los baños de sol. ¡Y bebe mucha agua! Con un litro y medio o dos diarios será suficiente. Muy pronto notarás los beneficios en tu piel, evitando manchas o descamaciones y prolongarás tu bronceado de una forma saludable.