No a los resfriados de otoño: cuatro sitios donde no tienes que tocar si quieres ahorrártelos

Elsa Alonso 14/10/2017 09:21

1. No te toques la cara ni estornudes en las manos

Tanto los resfriados como la gripe se contagian en gran medida por contacto directo: a través de la tos o la respiración, se transmiten gotas con partículas virales y, en la gran mayoría de los casos, van a parar a las manos. Por eso, ni toques las manos de otros, ni estornudes en las tuyas propias. Ni siquiera las acerques a tu cara porque los virus suelen durar en ellas los minutos suficientes como para considerar entren por todos los flancos fáciles de la cara: ojos, nariz y boca.

El consejo es que las laves a menudo: no vale con ponerlas bajo el chorro del grifo y secarla por encima. Lo recomendable es que frotes bien con jabón una con otra durante 20 segundos. Además, es preferible que estornudes en un pañuelo para que tus manos no se lleven todo el constipado a otros sitios.

2. ¡Ojo! El mobiliario es un nido de virus

Aunque se suele creer que los organismos vivos como el cuerpo humano son un hábitat más agradable para estos 'bichitos' malditos, muebles y otros objetos presentan un ambiente cómodo para su supervivencia y transmisión, a veces para unos segundos, y otras para varios días.

Factores como la humedad, la temperatura y el tipo de material ayudan a mantener vivos a los virus en los muebles que han tocado las personas infectadas: los objetos lisos y duros como la madera, el plástico o el metal son los mejores lugares, en comparación con los materiales porosos y blandos, como el papel y la ropa.

Por todo esto, podemos destacar cinco objetos y muebles que son un foco muy agresivo del habitual resfriado:

· Los botones del ascensor: multiplica por dos por el número de vecinos y el número de pisos de tu edificio… o, por dos, los trabajadores de tu oficina. ¿Podrías decir cuántas manos (algunas infectadas) han tocado el botón del ascensor? Sobre todo, el de la planta baja. Aunque no los aprecies, estos virus paragripales de 200 nanómetros pasan de mano ajena al botón, y del botón a tu mano. Pueden provocar infecciones del tracto respiratorio superior y procesos febriles. En niños este conjunto de virus puede llegar a provocar problemas peores, como laringotraqueítis obstructiva, bronquiolitis y neumonía.

· Las bolsas reutilizables: es genial que estés concienciado con el medio ambiente y que no uses las bolsas de plástico de la compra como si fuesen de usar de tirar. No obstante, si las vas a guardar para ir al supermercado otro día, es mejor que le des una lavada para limpiar todo el contacto que haya tenido con manos (tuyas y del cajero o cajera).

· Los cajeros automáticos: meter el pin de la tarjeta te va a sacar más que dinero…Te llevarás el catarro a casa y unos cuantos virus, bacterias, hongos y protozoos; a veces, más y peores que los de tu taza del inodoro. Y, como el cajero, las cajas de supermercado en las que el cliente se cobra a sí mismo y las pesas electrónicas de la fruta, el mango de la cafetera, las pantallas táctiles o la barra para agarrar el carrito de la compra.

· Los juguetes: de tus hijos, sobrinos, hermanos y primos… es imposible mantenerlos con una higiene impoluta todo el día, pero si sería bueno liberarlos de los virus que los peques se traen del colegio.

· Toallas de manos: Cuando te secas las manos en esa tela de rizo húmedo corres el riesgo de llevarte los virus del que antes se ha hecho un mal lavado de manos.

3. Cuidado con acercarte a los niños

No es que tengas que ponerte una mascarilla para pasar el rato con tus hijos, pero los más pequeños son los focos epidémicos del resfriado por excelencia: su sistema inmunológico es más débil que el de un adulto y su comportamiento (babas, las manos en la boca, tocar cualquier cosa sin excepción) les hace ser contagiadores natos.

Lo más aconsejable, en estos casos, es mantener la higiene de su alrededor manteniendo sus manitas y cara limpias a todas horas.

¿Y los besos? Contra todo pronóstico, los besos no son un motivo de contagio. Los estudios insisten en que el rinovirus no se transmite por medio de la saliva, por lo que no dudes en besuquear a tu bebé, con más razón si está malito.

4. La ropa de abrigo no es tan aliada como piensas

Las abuelas te dicen: "abrígate bien a ver si vas a coger un resfriado"; y en El Tiempo Hoy te decimos: "lava a menudo tu ropa de entretiempo e invierno antes de ponértela".

Está claro que en invierno hay que abrigarse, pero la bufanda, los guantes e incluso los jerséis de lana gorda trasladan los virus de un lado a otro. Cuanto más tiempo los usamos, más microbios se acumulan en nuestra ropa y lo mismo ocurre con las toallas, sábanas o el pijama.

Es preferible hacer la colada a menudo y a temperaturas superiores a 60 grados para eliminar correctamente los microbios.