Joan, un mes en coma y con el cráneo partido en trocitos por un accidente en patinete: "Que lleven casco"

Seguimos creyendo que un patinete es un juguete, pero no. Es un vehículo y se puede perder la vida circulando con él. Es el mensaje que quiere dejar claro Joan Cuscó. Hace dos años bajaba por una cuesta por la noche en San Cugat del Vallés, Barcelona. No vio un bache y la rueda de su patinete se quedó clavada en él. Salió despedido y aterrizó en el suelo con la cabeza. "Se me rompió el cráneo en 50.000 pedazos, de hecho a mi mujer le preguntan los médicos que si me he caído de un puente", explica.

Joan ingresó tan grave que lo dieron por muerto, incluso le preguntaron a su pareja si quería donar sus órganos. "Menos mal que mi mujer decidió no desconectarme, si no no estaríamos aquí", confiesa. Contra todo pronóstico salió adelante pero en los dos últimos años ha tenido que aprender de nuevo a caminar, a hablar, a nadar. Incluso a recordar: "Cuando desperté del coma, incluso me preguntaban el nombre de mis hijos y no me acordaba". Hoy sigue con secuelas de movimiento, no tiene sentido del gusto, ni del olfato, continúan algunos daños neurológicos... Pero tiene claro su mensaje a los usuarios de patinete: "Veo a chicos jóvenes que van con la capucha, y digo, bueno, no sé si creen que la capucha les protege de algo. Que lleven casco".

Las normas básicas aprobadas por la DGT

Es el mismo llamamiento que hace Pascual Piñera, Jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Reina Sofía de Murcia y Vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de urgencias SEMES. En su hospital es raro el día en el que no hay un ingreso por accidente con patinete. "Probablemente vemos más traumatismos craneoencefálicos graves por accidentes de patinete que por moto o por coche. Creo que el casco debería ser obligatorio", destacan los profesionales.

Los datos de fallecidos en estos accidentes no superan la decena en 2022, pero las cifras de heridos sí son mucho más abultadas. Las últimas oficiales de la DGT, de 2020, cifraban en casi 1.200 los heridos anuales.

Parte de la culpa se debe al caos normativo. La DGT aprobó unas normas básicas hace casi dos años. Entre ellas, prohibían y sancionaban ir bebido o drogado, usar el móvil o los cascos, circular por las aceras o las carreteras, o ir a una velocidad superior de 25 kilómetros por hora. Pero el casco y el seguro obligatorios, quedaron a la libre decisión de cada ayuntamiento.

Según Juan Muñoz, Presidente de la Asociación de Usuarios de Vehículos de Movilidad Personal de Madrid, "en España hay un caos normativo. Un chaval de Madrid que va con su patinete a Málaga, no sabe qué normas tiene que seguir. Exigimos la misma normativa en toda España. Pedimos que nos dejen circular. No queremos ni más derechos ni más obligaciones que las bicicletas: pueden ir por interurbanas, nosotros no; pueden ir por túneles urbanos, nosotros no".

Frente a las reivindicaciones de los usuarios defensores de los Vehículos de Movilidad Personal, más de un millón en toda España, las quejas de muchos peatones que han llevado a localidades como Olot a prohibir su circulación por el centro. El tiempo dirá qué ocurre con estos vehículos. Tan defendidos como odiados por las salvajadas de unos pocos.