Animales a prueba de veranos

AGENCIA EFE 23/07/2010 21:46

"Si son ejemplares sanos, jóvenes", el calor "no es nada peligroso", explica a EFEverde la veterinaria Lina Sáez de Antoni, pero si son mayores o enfermos, las altas temperaturas se convierten en una amenaza, pues "aumentan las posibilidades de que puedan morir en un 80% o 90%".

Sin embargo, no existen métodos universales para que los animales resistan las altas temperaturas, ya que así como los elefantes mueven las orejas para perder calor, las focas, por ejemplo, "pueden meter una de las aletas dentro del agua" de modo que la sangre se enfríe "y va circulando por todo el cuerpo", explica a EFEverde Craig Allum, entrenador de mamíferos marinos del Zoo Aquarium de Madrid.

"Lo que hacemos es refrescarles hasta donde es posible", añade Mario Robledillo, encargado general del Zoo, "con duchas o alimentos fríos y sobre todo bajando las dietas un poco en calorías", además de "habilitarles las piscinas para que puedan bañarse".

También ayudan los helados del zoológico, consistentes en pescado o fruta picada en bloques de hielo para que, como señala Robledillo, "no puedan acceder directamente" a la comida y "tengan que estar intentando rescatarla", algo que Allum describe con sencillez: "Es como darle un polo a un niño".

"A los que más les afecta (el calor) es a los osos, pues tienen una capa de pelo importante, sobre todo los pardos, y todos los que puedan tener más pelo", comenta Robledillo.

Pero el calor no permanece confinado tras las puertas del zoológico, sino que afecta a todos los animales, incluidas las mascotas que, en ocasiones, sufren por la ignorancia de los dueños, pues no son pocas las acciones que inconscientemente se llevan a cabo y que pueden provocar enfermedades o incluso la muerte del animal.

La fundación Altara, dedicada a la defensa de los derechos de los animales, describe la acción de dejar un perro dentro de un coche en verano como un "pasaporte a la muerte" debido a que, con 30 grados en el exterior, el interior del vehículo puede alcanzar los 49 grados en media hora.

Pero la lista de problemas que enumera Sáez de Antoni es mucho más amplia: "Dejarlos al sol, dentro de recintos, ponerles aire acondicionado dentro de las casas" de modo que el golpe de frío los costipe, "darles pastillas o sedarlos" en los viajes al irse de vacaciones -puede provocar una sobredosis- o dejar que beban de aguas estancadas.

Desde luego -puntualiza la veterinaria- las visitas a los veterinarios aumentan en verano.

Jaime Aróstegui Bracht