Se llamaba Celeste y tenía sólo 17 años. Hija de padres separados, vivía en su casa de siempre, en la calle Periodista Gil Sumbiela, número 70, en la sexta planta, con su madre que la pasada madrugada se encontraba en casa. Pero Celeste no llegó. Se quedó en el rellano del primer piso. Allí la descubrió un vecino que bajaba con su hijo menor de edad poco antes de las ocho de la mañana.
El vecino bajó a dar la alarma al bar de al lado donde desayunaba una patrulla de policía. Los agentes han dado aviso a un equipo sanitario que, cuando ha llegado al lugar de los hechos, sólo ha podido confirmar el fallecimiento de la joven.
Los hechos han ocurrido de madrugada y la policía ha asegurado que se trata de una muerte violenta aunque no han dado más detalles de las circunstancias en que se ha producido.
Los vecinos coinciden en que Celeste era una chica muy amable aunque algunos aseguran que no iba con buenas compañías y la relacionan con bandas latinas. Su novio, según un amigo de la víctima, es un joven colombiano mayor que la víctima. LA