Científicos y conservacionistas detectan que el uso de venenos está creciendo

AGENCIA EFE 08/05/2009 10:46

La última alarma la ha dado la Fundación Oso Pardo, que esta semana dio a conocer en un comunicado el envenenamiento de cuatro perros y un córvido en la zona asturiana del Narcea, en un punto donde también se hallaron huellas de dos osos.

También han alertado del problema SEO/BirdLife y WWF España, quienes han pedido a la Junta de Castilla y León un plan regional de lucha contra el veneno.

Ambas organizaciones conservacionistas informaron en marzo de la muerte, en Cantimpalos (Segovia), de 40 ejemplares de especies amenazadas, incluidos cinco buitres negros y doce milanos reales; pocos días más tarde murieron 16 buitres leonados en Aldeanueva de Figueroa (Salamanca).

La Fundación Oso Pardo ha expresado su preocupación por el problema de los venenos que pone en peligro la recuperación del oso pardo y de otras especies emblemáticas de la fauna cantábrica.

José Luis García Lorenzo, coordinador de Proyectos de la Fundación, declaró a EFE que el problema afecta a muchos ámbitos: "los envenenamientos son menos que hace quince años pero hay un repunte. Desde el año 2000 ha habido 7 osos muertos por envenenamientos y de quebrantahuesos andamos por los 50 casos".

"Mueren miles de animales, pero estos son ejemplares de especies amenazadas", explicó el dirigente conservacionista, para quien los venenos en la Cordillera Cantábrica están ligados a la presencia de los lobos.

"Se colocan en primavera, antes de que el ganado suba a los montes, y por ellos muere multitud de animales; en otras zonas el veneno esta más ligado a la caza menor, y esto afecta, por ejemplo, al zorro y a las aves", añadió.

Felipe González, dirigente de SEO/Birdlife, declaró a EFE que detectan el repunte del veneno: "estamos pidiendo a las comunidades autónomas que refuercen las medidas contra el veneno".

"En principio, estos episodios responden a dos causas, una la referente a la gestión de especies de caza menor, donde se trata de eliminar a las alimañas que pongan en peligro perdices o conejos, en tanto que en la Cordillera Cantábrica son episodios que van dirigidos, principalmente, contra el lobo", agregó.

Roberto Hartasánchez, presidente del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes, destacó que desde la década de 1980 al 2000 hubo un descenso de envenenamientos, pero en toda la década actual ha habido un repunte, vinculado especialmente al mundo de la caza.

Las organizaciones ecologistas están estos días pendientes del análisis de los restos del oso pardo recientemente hallado muerto en la montaña palentina, y que están siendo examinados en el Laboratorio Forense de la Vida Silvestre, ubicado en Majadahonda, en Madrid.

El director veterinario de este centro, Mauro Hernández, confirmó a EFE que los casos de envenenamiento están en crecimiento: "Hay muchas causas que están en el origen del repunte, desde los ataques de la fauna silvestre al ganado a la gestión de la caza mayor y menor".

Este año, explicó, se ha incrementado la cifra de ejemplares muertos, en especial aves, como buitres leonados, águilas reales, etc, "pero hay mucho veneno y en muchas partes".

La presión del lobo y la eliminación de los muladares donde se alimentaban los buitres han sido elementos negativos en la evolución de este problema que es similar a otros países mediterráneos, "con el agravante de que aquí hay más notoriedad por la riqueza y biodiversidad de la fauna".

Para el directivo del laboratorio, el veneno "se encuentra donde lo buscas; por eso tal vez aparecen más indicios de envenenamiento en zonas de Castilla y León que en Cantabria o Galicia"

Según Hernández, "se utilizan insecticidas de uso agrícola, potentes, tóxicos y fáciles de adquirir, y cae lo primero que pasa por allí".

Para el experto, hay que incrementar la presión contra los envenenadores, como se ha hecho en el Pirineo de Lérida, o en zonas de montaña de Andalucía.

"El problema es cuando hay dejadez por parte de la Administración. La pasividad es el gran aliado del envenenador", dijo.