Continúan las revelaciones de casos de pederastia en la diócesis de Alemania

AGENCIA EFE 13/03/2010 11:44

La archidiócesis de Múnich y Freising admitió el "grave error" cometido en la década de los 80 -siendo entonces su arzobispo el ahora papa Benedicto XVI- al acoger a un cura con antecedentes de pederastia y destinarlo a una parroquia, donde reincidió en abusos sexuales, tal como revela "Süddeutsche Zeitung".

"Acogimos a un párroco procedente de Essen (oeste del país), que pese a las acusaciones de abuso sexual y de haber sido condenado por ello, fue destinado por el entonces vicario general, Gerhard Gruber, a la asistencia espiritual parroquial", admite la archidiócesis, en un comunicado emitido en respuesta a las informaciones del diario.

Gruber, de 81 años, ha asumido toda la responsabilidad sobre un caso en que se ve implicado el nombre del Papa Ratzinger, en tanto que era arzobispo de ese lugar en el momento en que llegó dicho sacerdote, en 1980, y hasta que se trasladó al Vaticano al ser nombrado prefecto de la Congregación de la Fe, en 1982.

En ese periodo hasta 1982, según el comunicado de la archidiócesis, no se registró ningún incidente más en relación con ese sacerdote.

Entre 1982 y 1985 siguió como asesor espiritual en Grafing (junto a Múnich), hasta que reincidió y fue condenado a 18 meses bajo libertad condicional y una multa de 4.000 marcos (2.000 euros).

Cumplida esa pena, volvió a ejercer en esa archidiócesis, primero en un asilo de ancianos, hasta 1987, y finalmente, hasta su jubilación en 2008, en diversas tareas parroquiales.

El caso saltó a la luz ayer, al difundir ese rotativo informaciones avanzadas de su edición del sábado, horas después de la Audiencia de Ratzinger en el Vaticano con el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Robert Zollitsch, en que el Papa expresó su total "consternación" por los escándalos de pederastia.

Posteriormente, el Vaticano precisó que Benedicto XVI es absolutamente ajeno al caso del cura pederasta de Hessen y recalcó que Gruber había asumido toda la responsabilidad.

Sin embargo, el mero hecho de que el nombre de Ratzinger salga a colación con ese sacerdote le da una relevancia aún mayor al caso, en que se mezclan un cúmulo de errores y aparentes negligencias.

El religioso llegó a esa archidiócesis supuestamente con el compromiso de someterse a una terapia, lo que nunca ocurrió, y de ahí pasó a convertirse en reincidente.

El caso se suma a la larga serie de revelaciones surgidas desde que el pasado febrero salió a la luz el escándalo de pederastia en la escuela de elite jesuita Canisius, en Berlín, en la década de los años 80.

Desde entonces, el goteo de informaciones afecta a casi todas las diócesis de Alemania, con un total de 23 escuelas o internados y especial incidencia en conventos de la Baviera natal de Ratzinger.

Hace una semana, el nombre de Georg Ratzinger, hermano del Papa, se vio ya relacionado con los escándalos de pederastia, por presuntos abusos sexuales en la escuela del Coro de la Catedral de Ratisbona (Baviera), de la que fue director musical.

Entonces se habló de casos ocurridos varias décadas atrás, pero según avanza hoy el semanario "Der Spiegel", se tiene constancia de que tales prácticas han seguido, por lo menos, hasta 1992.

Dicho semanario, a la venta mañana, aporta las declaraciones de un ex alumno, Thomas Mayer, según el cual la violencia y abusos sexuales eran práctica extendida en el internado. De acuerdo a su testimonio, él mismo fue violado por compañeros mayores y en el domicilio del prefecto los alumnos practicaban sexo anal.

Al hermano del Papa se le describe en esas informaciones como persona "extremadamente colérica", que en sus ataques de ira podía lanzar sillas sobre los miembros de su coro.