A pesar de que no hubo víctimas mortales, el vertido tóxico llegó hasta el Parque Nacional de Doñana, uno de los mayores espacios protegidos del territorio andaluz. Precisamente, la implicación de los investigadores tuvo mucho que ver con este hecho, ya que en todo momento se trató de preservar el entorno natural.
Los culpables
La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía dictaminó, tras la primera fase de limpieza, que habría que limpiar nuevamente el tramo asignado a la empresa propietaria de la mina que causó el accidente, Boliden Apirsa S.L. A pesar de esto, la multinacional no tuvo en cuenta los informes. De hecho, la compañía no ha pagado ninguno de los costes que originó el accidente, y aún no ha sido condenada.
Las consecuencias
Durante los primeros días se llegaron a recoger más de 37 toneladas de peces, 170 kilos de cangrejos y 40 ranas.
Otro de los grandes problemas fue el de la depuración de los 2,5 millones de metros cúbicos de agua contaminada. Finalmente, la solución pasó por la depuración 'in situ'. Para ello se construyeron dos depuradoras: una de emergencia y otra convencional.
Situación actual y planteamiento de futuro
Gracias al proyecto 'Corredor Verde del Guadiamar' y el 'Proyecto Doñana 2005' pudieron recuperarse numerosas especies autóctonas y reducir la contaminación local. Sin embargo, no ha sido suficiente ya que "los problemas de las aguas que inundan Doñana distan mucho de estar solucionados", según asegura el director del CSIC en Sevilla, Fernando Hiraldo.
Por su parte, el presidente del CSIC cuando se produjo el incidente, César Nombela, añade que no cree que se haya aprendido de la gestión de la crisis vivida en 1998 porque "cuando se hundió el Prestige, cuatro años más tarde, no se actuó así desde el primer momento". RSO