Ataviado con una camiseta con el lema "Greenpeace, activista climático", flanqueado por sus hijos y con los brazos en alto como símbolo de victoria, Juan López de Uralde llegaba hoy a Barajas donde decenas de personas le esperaban al grito de "libertad" y "los políticos hablan y los líderes actúan".
El responsable de Greenpeace aseguró que la organización ecologista siempre "asume las responsabilidades de lo que hace", pero defendió el derecho de la sociedad civil a expresarse y dijo que los gobiernos tienen que aceptar este tipo de protestas, mientras denunciaba que la respuesta de las autoridades danesas no ha sido proporcional al acto.
"Fue una acción espectacular, pero pacifica. La hicimos pública a las pocas horas en youtube y pedimos que se actúe con nosotros con proporcionalidad", ha recalcado.
"Trato desproporcionado y cruel"
López de Uralde había comparecido por la mañana junto a sus tres compañeros de la organización ecologista liberados de la prisión de Copenhague en una rueda de prensa celebrada a bordo del Rainbow Warrior, el buque insignia de Greenpeace.
El dirigente de la organización ecologista defendió el "derecho básico democrático" de la sociedad civil a celebrar actos de protesta pacíficos para expresar sus demandas y ambiciones y ha reiterado que volvería a realizar "una y mil veces" la protesta que le condujo a prisión.
Además, señaladó que, a largo plazo, la asociación ecologista seguirá trabajando para "solucionar el problema del cambio climático, que está empeorando y no estamos haciendo nada". "Tenemos que centrarnos en volver a hacer presión en los gobiernos. Los políticos hablan y los líderes actúan", ha aseverado López de Uralde.
Libres, por la "presión ciudadana"
Asimismo, el responsable de Greenpeace consideró que su liberación ha sido resultado de "la presión internacional y de la presión ciudadana" y ha señalado que, "desde el primer día, ofreció su colaboración pero no se aceptó hasta ayer".
"En principio nos dijeron que no habíamos cometido ningún crimen y que podíamos regresar a casa al día siguiente. Pero después nos dijeron que no, que íbamos a ingresar en prisión preventiva", relató. "Evidentemente, sabíamos que nuestra actividad llevaría a la detención pero debería ser proporcional y no ha sido así", ha denunciado.
La policía detuvo a López de Uralde junto a otros tres activistas el pasado 17 de diciembre después de que irrumpieran en la cena de gala de la reina de Dinamarca y pidieran a los líderes un mayor compromiso en la lucha contra el cambio climático.