El Papa firma la carta para los irlandeses en medio de nuevos escándalos de pederastia

AGENCIA EFE 19/03/2010 09:38

Aunque el texto se desconoce aún -fuentes vaticanas consultadas hoy por Efe remiten a mañana para obtener alguna información sobre el asunto-, el Pontífice ya dio alguna pista el pasado miércoles sobre el objetivo principal.

En la carta, el Papa pretende expresar "claramente" las iniciativas adoptadas para responder a los numerosos casos de pederastia recogidos en los dos documentos divulgados el año pasado.

Se trata de los informes Ryan y Murphy, que ponen de relieve casos de abusos sexuales y torturas físicas y psíquicas hacia niños en instituciones estatales regentadas por religiosos y en la archidiócesis de Dublín durante los últimos setenta años.

Benedicto XVI aprovechó el pasado 17 de marzo la festividad de San Patricio, patrón de Irlanda, para anunciar en una audiencia pública en la Plaza de San Pedro que hoy sería el día en el que sancionaría el texto con las medidas para estos casos, que pueden llevar a la Iglesia irlandesa a pagar indemnizaciones millonarias (fuentes locales las fijan en 200 millones de euros).

El diario romano "La Repubblica", que informa hoy de dos nuevos casos de pederastia en la Iglesia católica en Alemania y Suiza, describe este viernes el clima de "mucha expectación" que se vive en la Santa Sede en torno a la carta del Papa a los irlandeses.

El rotativo, que cita fuentes vaticanas, habla de "perdón", "arrepentimiento" y "renovación", pero también de "indicaciones prácticas" como los ejes principales sobre los que gira la misiva, que el Vaticano ha decidido publicar un día después de su sanción, aumentando así las expectación por conocer el texto.

Después de convocar en tres ocasiones en los últimos meses a los obispos de Irlanda para abordar el asunto (junio de 2009, diciembre de 2009 y febrero de 2010), el Vaticano espera ahora zanjar los casos de pederastia de curas irlandeses para hacer frente a los nuevos escándalos que están salpicando a la Iglesia católica en Europa.

Precisamente tras esas reuniones, Benedicto XVI calificó los abusos sexuales a menores de "crimen atroz" y exigió que se trate el problema con "decisión y determinación", una respuesta que, según las autoridades vaticanas, da muestra de la "firmeza" del Papa ante estos hechos.

Pero la Santa Sede sintió recientemente que esa posición firme del Pontífice frente a la pederastia se estaba cuestionando desde Alemania, donde el diario alemán "Süddeutsche Zeitung" sacó a la luz hace exactamente una semana un nuevo escándalo con el que se relacionó a Benedicto XVI.

El rotativo germano informaba de que en la década de los años 80, cuando era arzobispo de Múnich y Freising, Joseph Ratzinger autorizó que un sacerdote con antecedentes de pederastia y que había sido expulsado por ese motivo del obispado de la ciudad alemana de Essen, ejerciera en la capital bávara.

El Vaticano salió enseguida al paso asegurando que el Obispo de Roma era ajeno a ello y su portavoz, Federico Lombardi, denunció un intento "fallido" de involucrar al Papa en los casos de pederastia registrados en la Iglesia católica de Alemania.

La cuestión llevó además al promotor de Justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Charles Scicluna, considerado el fiscal de la Santa Sede, a ofrecer una entrevista al diario de los obispos italianos, "Avvenire", publicada el pasado sábado y en la que se daban cifras sobre los casos de pederastia.

"En los últimos nueve años (2001-2010) hemos analizado las acusaciones relativas a unos 3.000 casos de sacerdotes diocesanos y religiosos sobre delitos cometidos en los últimos 50 años", explicaba Scicluna, quien especificaba que, de ese número de casos, sólo el 20 por ciento derivó en un proceso penal o administrativo.

Mientras, "La Repubblica" se hace eco hoy de dos nuevos casos de supuesta pederastia: uno de un monje de la abadía benedictina de Koenigsmuenter en Meschede (Alemania), que pudo haber abusado de unos 19 menores de edad, y otro sobre el padre Gregor Mueller, en la diócesis suiza de Coira, quien ha admitido abusos sobre una decena de niños en colegios religiosos alemanes y austríacos.

La Santa Sede ve ahora cómo la sospecha de pederastia se extiende al norte de Italia y España, después de los casos ya ocurridos en Estados Unidos, Australia, Holanda y Alemania.