Los okupas del Patio Maravillas inician una campaña para evitar su desalojo

INFORMATIVOS TELECINCO 13/11/2009 16:07

El 30 de octubre terminaron de testificar ante el juez las 57 personas autoinculpadas en el proceso jurídico del Patio Maravillas. Pero, el mismo día, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid desestimaba el recurso y reactivaba la amenaza de desalojo.

Hace dos años y medio, este antiguo colegio era ocupado por la iniciativa Rompamos el Silencio (ReS). Tras finalizar la Semana de Lucha Social que realiza este colectivo, el espacio fue gestionado por un grupo de personas que, dentro del proyecto, empezaron a realizar actividades como talleres, charlas, proyección de documentales y actividades alternativas abiertas al barrio.

En una página web creada para su defensa, el Patio invita a "las gentes de la ciudad, a los colectivos y movimientos sociales, a las AMPAS, asociaciones vecinales, colectivos de artistas, gays, heteros, lesbianas, migrantes, autóctonos, parados, amas de casa, estudiantes, científicos, poetas, conductores de autobús, precarios y precarias, gentes de Madrid, a que participe con el Patio de este proceso de resistencia". Para ello, piden que se propongan actividades, se les visite o se acuda a hablar con ellos.

El Patio alega que el propietario del edificio está imputado en "casos de corrupción urbanística". Un propietario que, aseguran, " lleva dos años y medio intentando que el Patio no exista para volver a especular con un edificio calificado como dotación social para el barrio y abandonado durante años". Al mismo tiempo, denuncian a "la clase política", más preocupada "por espiarse, pelearse por cuotas de poder y mirar para otro lado a los problemas de la ciudadanía y al terrible modelo urbanístico que han creado y que solo sirve a sus intereses particulares".

El colectivo okupa indica que "depende de nosotros y nosotras, de la sociedad civil madrileña, que impidamos el saqueo de lo común en nuestra ciudad. Que impidamos la impunidad de los especuladores. Que le demos la vuelta al modelo de ‘ciudad marca’ que nos han querido imponer a costa de deudas, paro y precariedad".

"Como tantas otras veces, quieren aislarnos para hacernos desaparecer, invisibilizarnos, negar nuestra existencia. Sin embargo, seguimos con vida. Seguimos respirando. Y así vamos a seguir", concluyen.