Según informa la compañía, los adolescentes reciben de media 40 euros al mes de manos de sus padres, pero gastan en torno a 150, principalmente en ropa (26 euros al mes), alimentación (24 euros al mes) y tecnología (20 euros al mes).
Asimismo, el estudio indica que el 60 por ciento de los adolescentes "participan activamente en la compra de alimentación y productos del hogar, pese a estar en una etapa en la que están definiendo su comportamiento como consumidores" y al hecho de que el 70% depende absolutamente de su familia a nivel económico.
En cuanto sus compras, Keepunto afirma que son "marquistas" aunque "infieles por naturaleza". "La marca consumida por el adolescente favorece la admisión o no a un grupo concreto: el adolescente potencia su sentimiento de pertenencia", señala el estudio.
No obstante, hay diferencias. Ellas consumen para diferenciarse del resto y ellos, para parecerse a los demás. Para todos, "consumir es importante y necesario, pero no está a su alcance en la medida que desearían" y eso, "provoca sentimientos de frustración", conforme recoge el trabajo.