"Qué protegidas están ciertas especies y qué poco lo está el embrión humano"

Informativos Telecinco/Agencias 22/06/2015 16:48

Aprovechando la última encíclica del Papa Francisco sobre el "cuidado de la casa común", el prelado granadino lamentó "la guerra que hacemos contra la creación" y "contra la creación inanimada, contra el mundo de las plantas y de los animales", un aspecto que, según dijo, hemos de mirar de una "manera amplia" frente a ciertas ideologías.

"Cuánto nos preocupamos por la vida de ciertas especies de animales, que son preciosas --que son preciosas porque todo en la Creación es un regalo del amor de Dios--, y qué poco nos preocupamos a veces por eso que el Papa y otras personas han llamado la 'ecología humana'", mantuvo, según informa el Arzobispado en una nota.

Martínez invitó de nuevo a "abrir el corazón" "a las cosas que nos propone y que nos enseña" el Papa Francisco con su última encíclica y destacó dos de sus puntos, que "no somos dueños de la creación" y el que se refiere al vínculo en nuestra vida, porque "no podemos concebirnos como hombres aislados".

"No somos los dueños del mundo; no somos los dueños, ni siquiera, de nuestro propio cuerpo o de nuestra propia vida. Somos criaturas y administradores de unos bienes que nos han sido dados. Y cuando uno ama al que te da el regalo, uno cuida de esos bienes", sostuvo el arzobispo, quien asemejó precisamente la creación con la casa familiar: "Una familia cuida normalmente de la casa en que vive. Si la familia tiene una buena salud moral y espiritual, y corporal también (...), cuidamos de nuestra casa. Nuestra casa es el mundo, nuestra casa es la creación".

Asimismo, subrayó el vínculo que hay en nuestra vida y que los hombres no pueden concebirse como "seres aislados", al mismo tiempo que apeló a la recuperación de una conciencia que se conciba como parte de este mundo "y que todo lo que sucede" en este mundo "nos importa, nos afecta y refleja nuestro modo de concebirnos a nosotros mismos". "No hay diferencia entre el modo como tratamos al mundo y el modo como nos tratamos los hombres unos a los otros".

Para Martínez, y recogiendo las palabras del Papa Francisco referidas a la necesidad de una "verdadera revolución cultural", "si, sobre todo en el mundo desarrollado (...), seguimos por el camino que vamos, nuestro horizonte, casi inevitable, es la destrucción y la muerte".

"Por desgracia, eso es lo que sucede: no amamos nuestra vida. No nos sabemos amados por Dios, nos sentimos dueños del mundo y tenemos una especie de resentimiento contra la creación, una actitud explotadora frente a la creación, que destruye la creación en la misma medida en que primero nos destruye a nosotros mismos: destruye nuestra esperanza, destruye nuestra capacidad de gratitud y de amor. Eso es el centro de la revolución cultural a la que el Papa nos invita: recuperar nuestra capacidad de gratitud y de amor por ese don precioso que el Señor nos da que es nuestra propia vida y el mundo en que vivimos", concluyó.