Siete semanas después, siguen sin ofrecerle una cama en la unidad especializada infantil del Alder Hey Children's Hospital (Liverpool). Esto significa que "no pueden trabajar con Jack hasta que no esté hospitalizado", como explican en una petición de firmas para su causa.
También solicitan al Sistema Nacional de Salud de Inglaterra que "invierta más en las unidades de salud mental infantiles" para situaciones de crisis como la suya, que requieren atención inmediata.
“Es una situación terrible y me hace llorar el no poder darle a Jack lo que necesita”, ha explicado su madre al Liverpool Echo. “Me ha escrito notas rogándole que le mate”, ha añadido.
Pero estos no son los únicos mensajes que el pequeño, que ha intentado suicidarse con unas tijeras, ha enviado a Kerry Linnell. "Desearía que me quemes vivo", "llévame a un volcán y lánzame en la lava" o "llévame a un cementerio y pon RIP Jacko" son algunas de estas notas de suicidio que ha difundido el citado medio.
Pese a la desesperación del niño, que a sus 8 años es cada vez más consciente de que su autismo le hace distinto a otros chicos de su edad, no llega esa cama en el hospital para Jack, que lleva desde el pasado 25 de octubre esperando.