La víctima del caníbal había perdido la fe en la Justicia meses antes de su muerte

Informativos Telecinco 09/11/2014 14:15

En los meses anteriores a su muerte, Cerys había intentado que liberar a su exnovio, Matthew Hayman, depresivo, que había sido encarcelado por incendiar la casa de la pareja. El hombre había intentado suicidarse inhalando gas de la cocina. Fue sentenciado a tres años y medio por haber puesto en peligro la vida de sus vecinos, informa Dailymail.co.uk.

Cerys impugnó la sentencia alejando que su expareja había luchado contra una ‘enfermedad mental’ durante toda su vida y había intentado matarse él, no hacer daño a los demás. Además, señalaba que "fue abandonado por el sistema" ya que "nunca recibió ayuda después de numerosos intentos de suicidio". "Todo lo que hizo fue intentar quitarse la vida. Si se hubiera cortado las muñecas o sufrido sobredosis no estaría ahora en prisión", añadía.

Paradojicamente y tristemente Cerys fue salvajemente asesinada por un expreso, Matthew Williams. Al parecer, el hombre había tomado varias drogas que alteraron su mente antes del ataque. Cerys conoció a Williams horas antes de su muerte y éste la convenció para que fuera a su habitación en un hostal en Caerphilly, al sur de Gales.

Allí, el personal del hotel descubrió al criminal comiéndose parte de la cara y el ojo de la joven. El asesino murió en la custodia policial después de ser inmovilizado con una pistola Taser. Ahora, políticos han pedido una revisión de la monitorización de los criminales cuando salen de prisión.