En la cárcel de por vida por asesinar a una adolescente a la que engañó por Facebook

INFORMATIVOS TELECINCO / AGENCIAS 08/03/2010 18:14

Según publica el diario británico Telegraph , Peter Chapman, de 33 años, buscaba a su víctima a través de Facebook. Su disfraz, una foto de un adolescente atractivo que fingió encontrarse aleatoriamente con Ashleigh Hall. El hecho de que Ashleigh no tuviera mucho éxito con los chicos la convirtió en una presa fácil para un falso 'príncipe azul', 'Pete', que se iba a convertir en algo más que en una pesadilla para ella. Los hechos ocurrieron en Durham, Inglaterra.

Para Chapman fue fácil ir elegiendo a su gusto la red social para acercarse aún más a Ashleigh: primero cambiaron a Tagged.com y después a MSN messaging. Al final, el asesino consiguió el móvil de su víctima.

El siguiente paso era conseguir una cita a toda costa. Peter Chapman -'Pete', para Ashleigh- no se lo pensó dos veces y apareció en su coche para recoger a Ashleigh, que esperaba, a la salida de un parque, encontrarse con el atento adolescente que había conocido a través de Internet.

La prudencia pudo haberla salvado. Chapman, un "obseso sexual" según la acusación, intentó salvar lo que en principio parecía inexplicable: el hombre al volante no era más que "el padre de Pete", que se dirigía a llevarla en coche a casa. Para representar el papel del padre, el violador y asesino utilizó un segundo móvil que asoció a la figura de un supuesto padre.

La idea funcionó, por desgracia. Ashleigh accedió a ser recogida por este para llevarla supuestamente a casa, donde los tres cenarían juntos. Por supuesto, nada de esto sucedió. Ashleigh terminó en un área de descanso que Peter Chapman había elegido cuidadosamente con anterioridad.

Una vez allí, el violador trató de forzar a su víctima para que le practicase sexo oral, ató sus brazos y la amordazó con cinta adhesiva. El resto de cinta que puso alrededor de su cara terminó por ahogarla. Finalmente, tiró su cuerpo por un barranco a las afueras de la localidad de Sedgefield. Chapman volvió a la escena del crimen al día siguiente, donde fue detenido por una patrulla de policía que detectó su matrícula.

La Policía ya lo buscaba, pues estaba fichado como agresor sexual y no había comunicado su último cambio de domicilio. Aunque intentó ensayar una declaración en la que aparecía como inocente, finalmente admitió el asesinato, la violación, el secuestro y, lo de menos, haber eludido dar su nueva dirección a la Policía. La madre de Ashleigh estuvo durante todo un día llamando a su hija. El móvil de esta siguió sonando en el coche del agresor.