"Esta misma semana he tenido (con ellos) diálogos telefónicos", dijo Castrillón a la radio bogotana RCN desde la Santa Sede, donde está radicado desde que en 1996 fue nombrado Prefecto de la Congregación para el Clero.
El cardenal no ofreció detalles de sus conversaciones con estos interlocutores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
La primera de esas organizaciones armadas acepta con reservas la presencia de la Iglesia católica en misiones de paz, mientras la segunda considera fundamental su participación.
"Puedo decir que, a pesar de todas las dificultades, a pesar de estar prácticamente todavía por lo menos en acciones de guerra, que no en guerra total, hay también (en los rebeldes) una voluntad de apertura" hacia el diálogo, sostuvo Castrillón.
Es la misma voluntad que "he encontrado en el señor Presidente (de Colombia, Álvaro Uribe)", agregó el cardenal, que recordó que en sus conversaciones con el gobernante ha planteado que, dentro de los márgenes legales, es posible la reinserción de rebeldes y la búsqueda de una solución al conflicto armado interno.
En Colombia, enfatizó, "llegó el momento para que la razón esté por encima de las armas y para que las armas defiendan la razón".
Castrillón consideró que Uribe ha hecho "esfuerzos muy importantes" para pacificar el país, y observó que le impresiona ver que "al lado de grandes esfuerzos, aun de tipo militar, ha tenido siempre la puerta abierta al diálogo, pero que sea un diálogo sincero, verdadero, un diálogo de cosas concretas".
"Pienso que también algunos de los jefes de la guerrilla están en este camino de cosas concretas", apuntó el cardenal, para quien en Colombia será imposible llegar a la paz sin el perdón, porque, dijo, "ha habido ofensas, y ofensas muy fuertes, algunas veces de un lado y otras de otro lado".