Continúan las labores de rescate de una veintena de mineros desaparecidos en Perú

EFE 04/03/2009 00:00

La tragedia ocurrió este lunes en el campamento minero de Winchumayo, situado en el departamento de Puno y a más de 1.300 kilómetros al sureste de Lima.

Hasta el momento hay todavía una veintena de desaparecidos tras el alud que sepultó un centenar de viviendas, según fuentes de la compañía Winchumayo, que explotaba artesanalmente el yacimiento de oro.

"Hay esperanzas de encontrarlos con vida, lo que pasa es que la zona es accidentada, en el momento en que se produjo el alud la gente salió disparada por todos lados y pudieron caer en alguna quebrada o buscar refugio en algún otro lugar", dijo a Efe el gerente administrativo de Winchumayo, Carlos Martín Roncal.

La cifra de muertos, todos varones y entre ellos un menor de dos años, varía entre diez y trece, según las distintas fuentes.

Así, mientras el jefe del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) de Puno, Luis Guzmán, dijo en un primer momento a Efe que había trece muertos, luego indicó que son diez, las misma cifras que ofreció Roncal horas antes.

La falta de información precisa se debe a que es difícil acceder al campamento, situado en una zona selvática a 2.000 metros de altura.

Para llegar a Winchumayo hay que recorrer a pie durante doce horas un camino impracticable, y las comunicaciones se realizan por radio, pero estas han sido interrumpidas desde la mañana de hoy, así como los vuelos de helicópteros, que se han suspendido por el mal tiempo tras realizar un solo desplazamiento.

Seis heridos, junto a diez de los cadáveres, fueron trasladados hoy desde Winchumayo a la ciudad andina de Cuzco en un helicóptero de la policía, lo que ha causado malestar entre los pobladores que querían velar a sus deudos en Ayapata, señaló Roncal.

Ya en Cuzco, las víctimas pudieron narrar por primera vez a los medios cómo vivieron la tragedia, que les sorprendió en sus casas mientras dormían.

"Empezó a llover muy fuerte, por lo que nos protegimos en las carpas del campamento. De pronto sentimos un ruido muy fuerte, y vino la avalancha. Todos intentamos salir corriendo, pero muchos se quedaron atrapados. Hemos perdido todo", afirmó el poblador Donato Condori, en declaraciones recogidas por el portal de El Comercio.

El helicóptero también llegó hoy a la zona con alimentos y personal médico, así como con especialistas en alta montaña, con la intención de asistir a la decena de socorristas y los 400 pobladores que buscan a sus allegados.

El "huayco" (como se conoce en Perú al deslizamiento) "ha arrasado con todo" y los habitantes del campamento, entre ellos niños, que viven habitualmente en condiciones precarias, ahora están a la intemperie y se encuentran expuestos a enfermedades respiratorias, indicó el representante de Winchumayo.

El desastre en Puno es el segundo en Perú por corrimientos de tierra en zonas mineras en lo que va del año. El mes pasado cinco trabajadores murieron por un derrumbe de piedras atribuido a una falla geológica en un yacimiento en Huarochirí, en la sierra cercana a Lima.

El presidente de la Federación Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos (FNTMMS), Luis Castillo, dijo hoy a Efe que la tragedia de Wichumayo pone en evidencia que en Perú "aún no se entiende que la seguridad es preponderante y fundamental".

"Cuando una empresa minera explota mineral en un determinado lugar, se deben dar las condiciones necesarias, no se puede hacer un campamento donde está en peligro la vida de personas", acotó.

Para Castillo, los empresarios de las mineras pequeñas e informales no atienden el tema de la seguridad porque "tratan de minimizar costos y ganar más".

Winchumayo, de capitales peruanos, empezó sus operaciones a finales de 2008 y cuenta con unos 200 trabajadores.