La Cruz Roja denuncia el aumento de los ataques contra instalaciones y personal sanitario en los conflictos

EUROPA PRESS 10/08/2011 12:02

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha denunciado este miércoles que están aumentando los ataques contra las instalaciones sanitarias y contra los trabajadores de estos servicios en conflictos como los de Somalia o Libia, lo que deja sin atención médica a las víctimas de la guerra cuando más lo necesitan.

El director general del CICR, Yves Daccord, declaró que "la violencia contra las instalaciones sanitarias y el personal médico tiene que acabar". "Es una cuestión de vida o muerte", expresó. El CICR ha llevado a cabo un estudio en 16 países dirigido por el médico Robin Coupland que denuncia que millones de personas se podrían salvar si se atendiese a las víctimas.

"La conclusión más impactante es que un gran número de personas mueren, no porque sean víctimas directas de un tiroteo o de la explosión de una bomba colocada en una carretera sino porque la ambulancia no llega a tiempo, porque al personal sanitario se le impide realizar su trabajo, porque los hospitales son el blanco de los ataques, o, simplemente, porque el entorno es demasiado peligroso para prestar asistencia médica", señaló Daccord.

El informe denuncia que en Bahréin, Siria o Yemen, muchas víctimas de la represión de las fuerzas de seguridad se han negado a acudir a los servicios sanitarios ante el temor a que las autoridades tomen represalias contra ellos por haber participado en protestas contra el Gobierno.

En el caso de Bahréin, el Ejército sitió el hospital de Salmaniya en Manama después de que el personal sanitario apoyase las manifestaciones. Las autoridades detuvieron a 47 médicos y enfermeras por curar a los heridos en las manifestaciones y muchos están siendo juzgados en tribunales militares.

En Libia, el CICR denunció que las tropas leales al líder libio, Muamar Gadafi, utilizaron el hospital de Ajdabiyá, en el este del país, como cuartel central para los francotiradores en su lucha contra los rebeldes.

"La violencia que impide prestar asistencia médica constituye una de las tragedias humanitarias más urgentes y, al mismo tiempo, ignoradas de la actualidad", denunció Daccord. "Es un problema que arrastramos desde hace años y que tiene que acabar", añadió.

El informe también recoge un atentado con bomba en Mogadiscio (Somalia) ocurrido en 2009 en el que murieron 20 personas. La mayoría de los fallecidos se acababan de licenciar en medicina, lo que supuso, a parte de la pérdida de vidas, un duro golpe para los servicios sanitarios de la ciudad.

Daccord instó a los países a abordar los ataques contra el personal sanitario a través de un diálogo que obligue a los Estados, a las Fuerzas Armadas y a las milicias no estatales a respetar el Derecho internacional y adoptar medidas para impedir y castigar estos ataques.