El caso de la “casa de los horrores” estremeció a los habitantes de Filadelfia por la crueldad de los hechos, cuando en 2011 se dio a conocer las prácticas del doctor Kermit Gosnell en una clínica abortiva de la ciudad.
Ahora y tras el juicio, Gosnell ha sido declarado culpable de la muerte de tres bebés, a los que les cortaba la espina dorsal para matarlos. El doctor también ha sido declarado culpable de la muerte de una de las madres que acudió al centro para practicarse un aborto.
Fueron los propios trabajadores del centro quienes declararon contra Gosnell en el juicio, acusándolo de practicar abortos ilegales y con unos métodos de auténtico ‘carnicero’.
Como afirma en sus páginas el diario Daily News, el propio fiscal del caso le preguntó durante la celebración del juicio si era humano; “¿Cómo pudo clavar cuchillos en la espalda de los bebés?”. El doctor se puede enfrentar a la pena de muerte, por el asesinato en primer grado de los tres niños.
En su defensa Gosnell aseguró que los niños ya habían nacido muertos, pero los propios compañeros del doctor negaron dicha afirmación.
En el estado norteamericano de Pensilvania, es ilegal practicar el aborto a después que el feto haya llegado a las 24 semanas.
Una de las enfermeras del centro aseguró que uno de los bebés a los que mató tenía más de 30 semanas e incluso reprodujo las propias palabras del doctor, quien bromeó diciendo: “El niño es lo suficientemente mayor incluso para coger el autobús”.
Cuando la policía investigó el caso y registró la casa del Gosnell, encontró más de 250.000 dólares escondidos en su habitación.