Los países en desarrollo deberán bajar la emisión de gases a partir de 2020, advierte Ricardo Lagos

AGENCIA EFE 18/06/2009 20:06

"A partir de 2020 los países en desarrollo van a tener que tener reducciones" en su nivel de emisión, dijo Lagos en un seminario sobre "Cambio climático. ¿Oportunidad o amenaza para la economía chilena?", que se celebró hoy en Santiago.

El ex mandatario chileno (2000-2006) destacó que la reforestación, las energías alternativas no convencionales, los acuerdos sectoriales y el compromiso de los países no desarrollados son clave para reducir las emisiones.

El debate sobre la responsabilidad que las naciones industrializadas, emergentes y en vías de desarrollo han de asumir en esa lucha ha centrado las negociaciones para buscar un acuerdo que reemplace el Protocolo de Kioto, que vence en 2012.

Ese convenio, que entró en vigor en 2005, obliga a 36 países desarrollados a reducir en 2012, respecto al nivel que tenían en 1990, un 5% sus emisiones de dióxido de carbono, que suponen el 85% del total de los gases de efecto invernadero.

Insta también a las demás naciones a esforzarse para disminuir la contaminación, pero no fija para ellos objetivos concretos, un escollo que no se ha podido superar en las reuniones de Bali (India) en diciembre de 2007 y de Postdam (Alemania) en diciembre de 2008.

Sin embargo, Lagos recalcó que la tercera reunión para lograr un acuerdo post-Kioto, que se celebrará en diciembre en Copenhague, "sería la última negociación en la que no estarían obligados a cumplir metas concretas".

El político chileno aludió al debate histórico al recordar que las emisiones de dióxido de carbono permanecen cerca de 120 años en la atmósfera, por lo que los países más desarrollados son responsables de la mayor parte de lo acumulado hasta ahora.

Sin embargo, subrayó también los esfuerzos que han emprendido esos países, como Estados Unidos, que busca reducir sus emisiones un 17% en 2020 respecto a su nivel de 2005, y los miembros de la Unión Europea, que se proponen hacerlo en un 20% para ese mismo año respecto a 1990.

Por ello, animó a las naciones en vías de desarrollo y a las economías emergentes a sumarse a la lucha contra el cambio climático en el siglo XXI, en el que, a su juicio, ya no se medirá a los países por su ingreso per cápita, sino por sus emisiones por habitante.

Además, recalcó que sin la colaboración de esas naciones será muy difícil frenar el calentamiento global, y avanzó la posibilidad de que los países desarrollados graven los productos importados que no se hayan fabricado bajo ciertos estándares medioambientales.