Así lo ha explicado a Europa Press el responsable de medios de comunicación del Obispado, Miguel Ángel Jiménez, quien se ha congratulado de que el suceso no haya provocado ningún daño más allá de los materiales que se evaluarán el próximo lunes.
El desprendimiento se ha producido, según Jiménez, poco antes de las 9.30 horas, en una cornisa que, justamente, fue restaurada el año pasado, "por lo que nada hacía presagiar que pudiera ocurrir algo así ya que, en teoría estaba en perfectas condiciones".
Jiménez, que ha asegurado que nunca se había producido un desprendimiento de un fragmento "tan importante" de la catedral "sino que sólo algún día de viento se había desprendido algún trozo muy pequeño de la torre, sin ninguna importancia".
Asimismo, ha explicado que hasta el lugar se desplazaron bomberos y policía local, además del arquitecto y el aparejador del Ayuntamiento, con los que se reunirán el lunes para ver el alcance de los daños.
No obstante, y por motivos de seguridad, se ha acordonado la zona afectada, que es la que coincide con el acceso a la sacristía que se ha cerrado, pero la catedral permanece abierta y, de hecho, a la una del mediodía se ha celebrado una boda.