La pareja abordaba a las víctimas menores de edad y les decían que eran policías de paisano, para demostrarlo enseñaban unas manillas y fingían hablar a través de un intercomunicador, tras lo que pedían el teléfono móvil con algún pretexto inventado y luego huían.
Los detenidos pasaron a disposición judicial del juzgado de instrucción en funciones de guardia este viernes, y el juez decretó libertad con cargos.