Sonriente y luciendo ágil, el duque de Edimburgo, de 91 años, agradeció y estrechó su mano con el personal de la Enfermería Aberdeen Royal antes de subir a un vehículo con asistentes reales.
Esta ha sido la tercera vez en ocho meses que Felipe ingresa en el hospital y la segunda que recibe tratamiento por una infección de vejiga.
La última vez fue en junio, durante las celebraciones del jubileo de los 60 años de su esposa en el trono, después de que la pareja real observara una flotilla de 1.000 barcos sobre el río Támesis desde una embarcación real, desafiando un clima frío y lluvioso.
La Navidad pasada, el príncipe Felipe pasó cuatro días en el hospital y fue operado para despejar una arteria bloqueada en el corazón tras sufrir dolores de pecho.
Una portavoz del Palacio de Buckingham dijo que el duque de Edimburgo ahora volverá a unirse a la reina para continuar sus vacaciones en Balmoral, la residencia de la familia real en Escocia. También se espera que reanude sus obligaciones oficiales.